El juez afirma que el 11-M fue una "reacción a la posición" de España en Irak
Del Olmo decreta prisión para El Haski por intervenir en la "ideación y preparación 11-M"
Madrid
El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha establecido como conclusión provisional de su investigación sobre los atentados del 11-M que los ataques fueron decididos por varios grupos de islamistas radicales, quienes acordaron "atentar en España como reacción a la posición al conflicto de Irak". Así lo afirma el juez en un auto de 29 páginas dictado hoy, en el que decreta prisión incondicional para Hassan El Haski, detenido el pasado viernes en Canarias, por haber participado, presuntamente, "en la ideación y preparación" de la masacre.
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El juez Del Olmo señala que Sarhane Ben Abdelmajib, alias 'El Tunecino', uno de los terroristas que se inmoló en un piso de Leganés (Madrid) el pasado 3 de abril, buscó "medios y gente para realizar la misión que ya habían tomado", que era atentar en España como respuesta a la posición respecto a Irak.
Para ello se unió con el grupo organizado en el barrio madrileño de Villaverde por Jamal Ahmidan, alias 'El Chino', otro de los suicidas de Leganés, e integrado con personas con antecedentes por delincuencia común. Juntos consiguieron los explosivos y reunieron un grupo con miembros de diversas células para cometer los atentados.
ODIO A ESPAÑA
A ese grupo, prosigue el juez, se unieron "algunos elementos que habían quedado de las desarticulaciones de otras células en España", como el argelino Allekema Lamari (puesto en libertad por error en 2002 por la Audiencia Nacional y también muerto en Leganés), que estaban unidos a los anteriores "por su odio a España y al mundo occidental", y los cuales contactaron por sus relaciones con grupos semejantes de la red norteafricana (Lamari era del GIA y contacto de Mohamed Afalah, miembro del grupo de Maymouni y del GICM).
"Probablemente sea a través de estos grupos (GICM) cómo se planifican los atentados y se decide cómo hacerlos, aunque este punto está aún falto de mayor concreción -dice el auto-. Posiblemente tuvieran participación sujetos como Amer el Azizi (en busca y captura), experimentados y con preparación técnica, si bien no ha podido aún ser contrastada".
GRUPOS DEL 11-M
Según el juez, en la investigación del 11-M aparecen implicados tres grupos de individuos: el denominado de Lavapiés, liderado por Jamal Zougham (en prisión desde el 19 de marzo); el formado en Villaverde (barrio de Madrid), a cuyo frente estaba Jamal Ahmidan, alias "El Chino", uno de los suicidas de Leganés; y el identificado en torno a Sarhane Ben Abdelmajib, alias "El Tunecino", otro de los inmolados en un piso de Leganés el 3 de abril.
Este último estaba constituido a su vez por dos grupos: el de Mustapha Maymouni (preso en Marruecos por su vinculación con los atentados de Casablanca), y el liderado por Mohamed El Egipcio (en la cárcel en España tras su reciente entrega por Italia). Asimismo, el juez indica que en la investigación han aparecido algunos individuos vinculados con la célula de Al Qada liderada por Abu Dahdah, desarticulada en noviembre de 2001. La mayoría de todas estas personas son de nacionalidad marroquí.
INDIVIDUOS CON IDEOLOGÍA SALAFISTA
Del Olmo señala en su auto que todos los citados presentan "una ideología salafista de matiz combatiente, representada en el Movimiento 'Takfik Wal Hijra', integrado a su vez en el Movimiento 'Salfiya Jihadia' marroquí, cuyo máximo exponente es el Grupo Islámico Combatiente Marroquí, parte de la llamada 'red norteafricana' de Al Qaida.
Para el juez, el único nexo de unión entre los grupos investigados es 'El Tunecino', cuñado de Maymouni y miembro de su grupo, con relaciones con miembros de la célula de Abu Dahdah, amigo de 'El Chino', contacto de 'El Egipcio' y bien conocido en los círculos de Lavapiés.
Los datos conocidos apuntan a que la célula de Abu Dadah inició la conversión de conocidos hacia la búsqueda de la Jihad (guerra santa). Muchos de ellos fueron a Afghanistán, como El Azizi, de donde volvieron entrenados y con un gran prestigio. Así convierten a su vez a otros conocidos, entre ellos a Maymouni.
Posteriormente, líderes de la red norteafricana (Malek El Andaluzi) incitan a constituir células y cometer atentados, inspirados por la reunión de febrero de 2002 bajo la protección de Al Qaida. "Creadas sus células (Maymouni), una actúa y es desarticulada en Marruecos, otra empieza su andadura pero deja de actuar al ser detenido su líder (Madrid)", señala el juez.
Quedan entonces en España algunos miembros de su grupo, a los que se unen otros como 'El Egipcio' con las mismas ideas, al tiempo que se acercan a algunos elementos del grupo de Lavapiés. Nuevas detenciones, comop la de Driss Chebli, dejan como único individuo de nexo de unión a 'El Tunecino'.
EL EGIPCIO, APARTADO
Tras el 11-M, dos personas hacen alarde de conocer los atentados y se atribuyen su comisión: 'El Egipcio', que según el auto "evidentemente lo conocía y seguramente fue apartado del grupo en el momento definitivo", y Hassan El Haski, un líder del GICM, envuelto en una sucesión a la jefatura del grupo marroquí que contaba con miembros en España.
Del Olmo cree que otros individuos también desaparecieron de la escena junto antes de cometerse los atentados, como Said Berraj, que estaba en el grupo de El Maymouni y mantenía un 'perfil alto' dentro de la red Al Qaida. Al igual que otros, cuya participación directa en los hechos no puede asegurarse, como Salaheddine Benyaich, Saad Huseini o Karin El Mejatti.
NO EXTRAÑA LA RELACIÓN CON LA DELINCUENCIA COMÚN
"El dato de la reivindicación de los atentados vuelve a situarnos en la esfera del GICM -dice el auto-. Existen indicios, aún bajo investigación, que indican que miembros del GICM en Bélgica pudieran estar implicados. Se define el nombre de Aboudoujanah, su origen, su significado y se hace indicación de algún probable destinatario del mismo".
El grupo desarticulado en Canarias, de acuerdo al juez, obedece seguramente a la intención del GICM de rehacer sus células en Europa, sobre todo tras la huida de sus miembros de España tras el 11-M, y de las desarticulaciones de Francia y Bélgica.
Respecto al hecho de que entre los autores del 11-M aparezcan individuos vinculados a la delincuencia común y en concreto al tráfico de drogas, el juez dice que no es extraño, ya que, como ha afirmado 'El Egipcio', esta actividad, si tiene como objetivo atacar a los infieles y financiar la Jihad, está en sintonía con la interpretación correcta del Islam.