ETA excluye de su tregua parcial a las autoridades del Estado y miembros del Gobierno
La organización terrorista envió cartas a los miembros del COI en los días previos a la elección de la sede olímpica asegurando que continuaría con sus atentados en Madrid
ETA ha aclarado a través de su boletín interno, Zutabe, que su anuncio de que no atentará contra cargos públicos no incluye ni a las autoridades del Estado ni a quienes tienen responsabilidades de Gobierno. Además, la organización terrorista ha reconocido que envió cartas a los miembros del COI en los días previos a la elección de la sede olímpica comunicando su intención de seguir atentando en Madrid.
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El grupo terrorista anunció el pasado 18 de junio que desde principios de ese mes había decidido no atentar contra "los electos de los partidos políticos de España". La organización terrorista explicó entonces que había tomado esta decisión por los "cambios políticos" que había observado en las últimas fechas, especialmente "la disolución" del Pacto Antiterrorista y "el fracaso" de "la estrategia de ilegalización", que dejó fuera de las instituciones a Batasuna tras las últimas elecciones vascas.
ETA recuerda ahora que los cargos de PP, UPN y PSOE no serán objetivos terroristas "ni en Euskal Herria ni en el territorio del Estado español". Pero advierte al mismo tiempo, y este matiz es una novedad en este particular alto el fuego etarra, que "no encontrarán amparo las autoridades del Estado y quienes tienen responsabilidades en el ámbito de Gobierno".
La carta al COI, por su parte, no lleva fecha y fue enviada por ETA tras la colocación del coche bomba que estalló el 25 de mayo pasado en la calle Rufino González, del barrio madrileño de San Blas, en el que 52 personas resultaron heridas. Después de hacer llegar el texto a los dirigentes del COI, la organización terrorista hizo realidad sus amenazas al hacer estallar otro coche bomba, el 25 de junio, junto al estadio de La Peineta, uno de los escenarios previstos para las Olimpiadas de 2012.
La banda terrorista envió sus cartas al presidente del COI, Jacques Rogge, al vicepresidente y a todos los miembros del comité encargado de la evaluación de las ciudades aspirantes a organizar los juegos olímpicos de 2012.
La banda terrorista reconoce que el objetivo de sus cartas era "influir en el proceso de selección y condicionar las decisiones" del Comité Olímpico Internacional.