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La NASA decide que dos astronautas reparen en órbita los daños del 'Discovery'

Nunca se ha reparado en órbita

La NASA ha decidido que dos astronautas del transbordador Discovery, que está atracado en la Estación Espacial Internacional (ISS en sus siglas en inglés), reparen en órbita las losetas térmicas dañadas en el lanzamiento de la nave el pasado 26 de julio.

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Esta misión no tiene precedentes, acaba de anunciar un portavoz de la administración espacial estadounidense. Esta será la primera vez en la historia de los transbordadores espaciales que los astronautas se aventuren en la parte inferior de la nave y también la primera vez que se realiza una reparación en pleno vuelo. El astronauta estadounidense Steve Robinson y el japonés Soichi Noguchi son los encargados de esta histórica misión.

La reparación, que se hará el miércoles, es sencilla pero los riesgos altos. El objetivo está en dos pequeñas protuberancias de unos dos centímetros de altura que se han detectado entre las losetas térmicas que protegen el casco del Discovery de las altas temperaturas que sufren las naves en la reentrada a la atmósfera terrestre. Se teme que estas protuberancias alteren el flujo aerodinámico de la nave y aumenten aún más el calentamiento que sufre en la entrada a la atmósfera terrestre.

Los técnicos del Centro Espacial de Houston (Tejas) han optado por que sus astronautas salgan al espacio y realicen esta delicada misión en órbita. Según el asistente a la dirección del programa, Wayne Hale, nadie sabe a ciencia cierta "el comportamiento aerodinámico a esas altitudes y velocidades".

"Jamás hemos enviado astronautas al lado de la panza del transbordador para que hagan reparaciones", ha dicho Cindy Begley, encargada de las actividades extravehiculares del transbordador.

"La primera opción es arrancar el trozo de la protuberancia tomándola con las manos enguantadas", ha añadido Begley, quien ha agregado que "si esto no da resultado, el astronauta acudirá a una herramienta, parecida a un fórceps, con la que sujetará el trozo y lo cortará con unas tijeras".

Estos pequeños desperfectos pusieron en alerta a los técnicos de la NASA desde que fueron descubiertos. Se enfrentaron al dilema de cortar las juntas deformadas, operación que implicaba un alto riesgo para la cubierta térmica, o no hacer nada y arriesgarse a los efectos de las altas temperaturas en la reentrada a la Tierra, un riesgo que resultó fatal en el caso del transbordador Columbia, el 1 de febrero de 2003, cuando murieron sus siete tripulantes.

Esa velocidad de vuelta a la Tierra puede alcanzar los 20.000 kilómetros por hora, lo que provoca que la temperatura en la zona de fricción con el fuselaje inferior de la nave alcance elevadísimas temperaturas. En ese instante, las dos protuberancias podrían generar irregularidades térmicas que desembocaran en un accidente similar al sufrido por el Columbia.

La NASA ha anunciado esta información horas después de que se cumplieran con éxito las reparaciones realizadas durante siete horas en la ISS. El estadounidense Robinson y el japonés Noguchi han cambiado uno de los cuatro giroscopios de la estación.

 
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