Milosevic no fue envenenado, según el examen toxicológico
Apenas unos miles de personas pasan por la capilla ardiente del ex presidente
Los primeros resultados del análisis toxicológico del cadáver de Slobodan Milosevic no muestran indicación de que el infarto lo mató fuera causado por envenenamiento. Serbia parece haber olvidado al que fuera todopoderoso primer hombre del país. Ayer, apenas unos miles de afiliados del Partido Socialista rindieron homenaje a Milosevic en la capilla ardiente.
En el examen toxicológico tampoco se han hallado rastros de rifampicina, un fármaco que inhibe los efectos del tratamiento contra la hipertensión que seguía Milosevic y que un toxicólogo holandés afirmó habe encontrado en su sangre.
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La capilla ardiente del ex presidente serbio y yugoslavo Slobodan Milosevic, instalada en un museo de Belgrado, permanecerá abierta durante toda la noche para que sus seguidores -de momento apenas unos miles- puedan rendirle homenaje.
El féretro con sus restos mortales fue llevado a primera hora de la tarde de ayer al Museo de la Revolución de Belgrado, y estará expuesto hasta el mediodía del próximo sábado, cuando se celebrará la ceremonia de la última despedida frente a la sede del Parlamento de Serbia y Montenegro, en el centro de Belgrado.
El organizador del sepelio, Milorad Vucelic, vicepresidente del Partido Socialista de Serbia (SPS) -fundado por Milosevic-, aseguró que más de 10.000 personas homenajearon al ex presidente en las primeras cinco horas.
Cerca del museo, vendedores ambulantes ofrecen crespones negros con adhesivos en los que está inscrito "Slobodan" junto a una pequeña bandera tricolor serbia. Venden también velas, rosas rojas, símbolo del partido socialista de Milosevic, y algunos ejemplares de un libro sobre Ratko Mladic, el general serbobosnio prófugo, acusado de crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
Milosevic será enterrado el sábado en su ciudad natal, Pozarevac, a unos 70 kilómetros al sureste de Belgrado, en los jardines de su casa familiar, sin honores de Estado. No habrá ritos religiosos: Milosevic era ateo.
