El juez Bermúdez expulsa al procesado Zouhier, harto de sus gestos

Madrid

Rafa Zouhier, procesado por el 11-M y uno de los principales protagonistas de la trama conspirativa, ha sido expulsado de la sala por el juez Gómez Bermúdez, cansado de sus continuos gestos y de la reacción airada que ha tenido el imputado después de que Rachid Aglif (que declaraba hoy) le haya acusado de ser quién le metió en la trama de los explosivos entre los mineros asturianos y los islamistas. El primo de 'El Chino' reconoce que vio a su familiar y a otro de los suicidas manipular un "aparato con cables" en la finca de Chinchón donde se prepararon las bombas.

"Ya estoy harto de sus gestos". Con esta contundente razón el magistrado Javier Gómez Bermúdez ha expulsado temporalmente de la sala al procesado Rafa Zouhier, acusado de ser el contacto entre la 'trama asturiana' y los islamistas y facilitar la adquisición de la dinamita con la que se atentó la mañana del 11 de marzo.

Zouhier había reaccionado de forma airada a las acusaciones de Rachid Aglif, que le acusó en todo momento de ser quien lo metió en la trama de los explosivos. Zouhier, supuesto confidente de la policía y uno de los detenidos que más ha dado pábulo a las teorías conspirativas jalonadas por algunos medios de comunicación cercanos al PP, ha protagonizado desde el primer día del juicio varios incidentes, como enseñar carteles a las víctimas y risotadas con los demás procesados.

'El Conejo' reconoce las reuniones con los asturianos

La sesión ha continuado con la declaración de Rachid Aglif, conocido como 'El Conejo'. El procesado, para el que se pide 21 años de cárcel por pertenencia a organización terrorista y suministro de explosivos, ha reconocido que participó en una reunión entre "dos asturianos, un chico y una chica" a finales de octubre de 2003 en un restaurante McDonald's de Madrid para tratar la venta de hachís, pero no de explosivos.

La Fiscalía cree que 'El Conejo' participó en la compra-venta de los explosivos, además de lugarteniente de 'El Chino' -uno de los suicidas de Leganés-, al que ha definido como "extremadamente religioso". Además, ha admitido ser amigo desde la infancia de Zouhier, aunque tal y como ha quedado hoy evidente, su relación es más que mala.

Abdelilah el Fadoual el Akil

El siguiente en prestar declaración ha sido Abdelilah el Fadoual el Akil, detenido en Ceuta el 2 de abril de 2004. En su declaración ante el tribunal, ha reconocido que vendió un Volkswagen Golf a 'El Chino', pero dice desconocer que éste hubiera sido utilizado para el traslado de los explosivos desde Asturias a Madrid.

Fadoual tenía una estrecha relación con 'El Chino', incluso se le acusa de ayudarle a salir de Marruecos en el verano de 2003, con su correspondiente documentación falsa. Se le considera un puntal esencial en la red de tráfico de drogas que permitió financiar los atentados.

El primo de 'El Chino' vio manipular aparatos con cables

Ya por la tarde fue el turno de otros tres supuestos colaboradores con la red islamista: Saed El Harrak, Mohamed Larbi Ben Sellam y Hamid Ahmidan, primo de 'El Chino'. El primero atribuyó a uno de los suicidas de Leganés, Abdennabi Kounjaa, -con quien compartía trabajo- las numerosas llamadas realizadas desde su móvil a otros integrantes de la 'célula'. Además, en su bolsa de trabajo apareció el testamento de Kounjaa.

De Mohamed Larbi Ben Sellam aparecieron huellas dactilares en un Corán encontrado entre los escombros del piso de Leganés, aunque asegura que éste puede proceder de la Mezquita donde él solía rezar. El último en declarar fue Hamid Ahmidan, primo de 'El Chino', reconoció ver a su primo y a otro de los suicidas manipular un "aparato con cables" en la finca de Chincón, donde acudió en febrero de 2004 para realizar unas "chapuzas".