La hija-nieta del 'monstruo de Amstetten' sale del coma

Tras dos meses en estado de coma, Kerstin Fritzl, la hija-nieta del monstruo de Amstetten ha conseguido salir del coma que le aquejaba por una enfermedad congénita, aunque según los médicos aún requerirá cuidados intensivos. Lo que se desconoce es si, tras recuperar la consciencia, Kerstin ha podido ver a su madre Elisabeth y a sus hermanos, que continúan bajo tratamiento psiquiátrico y a la espera de poder recibir una nueva identidad para vivir en otro país alejados de toda polémica para que la normalidad vuelva a sus vidas tal y como pide su abogado.

Una vez que la hija mayor de Elisabeth, Kerstin de 19 años, cayera gravemente enferma a consecuencia del incesto el pasado mes de abril, fue ingresada en un hospital de Amstetten, tras lo que salió a la luz la vida oculta que Fritzl protagonizó durante los últimos 24 años en los que mantuvo encerrada a su hija Elisabeth en un sótano, donde también crecieron tres de los seis hijos-nietos que tuvo con ella fruto de sus regulares violaciones.

Ahora, dos meses más tarde, Kerstin ha despertado del coma en el que permanecía y se encuentra estable, aunque los médicos aseguraron que aún deberá estar sometida a cuidados intensivos. No obstante, aún no se conocen más datos de la situación de la joven, aunque un portavoz del hospital aseguró que el miércoles podrían saberse más detalles de su estado.

De hecho, aún se desconoce si Kerstin ha podido reencontrarse con su madre, sus hermanos y su abuela, que continúan su tratamiento en un centro psiquiátrico de la localidad, a la espera de se cumpla la petición de su abogado. Este solicitó a las autoridades la posibilidad de que tanto Elisabeth como sus hijos puedan disfrutar de una nueva identidad e, incluso, vivir en otro país, para que sus vidas puedan volver a la normalidad lo antes posible. Para ello, los fiscales que llevan el caso les entrevistarán el próximo mes de julio, ya que todo dependerá de su estado de salud.

Prisión preventiva

Mientras tanto, Fritzl, de 73 años, continúa cumpliendo prisión preventiva en una prisión de Sankt P?lten, capital del Estado de Baja Austria, después de que, el pasado viernes se prorrogara su encarcelamiento durante los próximos dos meses, después de que él mismo reconociera a través de su abogado que todo lo que hizo fue "como una adicción".

Esta fue su explicación para justificar cómo secuestró a su hija Elisabeth en un sótano cuando esta tenía 18 años para, según él, protegerla del mundo exterior. Allí, la expuso a continuas violaciones de las que nacieron siete bebés, uno de ellos fallecido al poco de nacer e incinerado por el propio Fritzl en un horno. Posteriormente, el ''monstruo de Amstetten'' liberó a tres de los pequeños y los subió a su casa junto a él y su mujer, Rosemarie, mientras que mantuvo presos tanto a Elisabeth como a otros tres de sus hijos, hasta que Kerstin cayó enferma y se descubrió todo conmocionando a todo el país y recordando inevitablemente al caso de Natascha Kampusch, secuestrada en Austria durante ocho años.