Bush anuncia que ayudará al sector del motor para evitar su colapso
El Gobierno dará 17.400 millones de dólares (12.200 millones de euros) en préstamos a la industria, que beneficiarán especialmente a General Motors y Chrysler para evitar su quiebra
Washington
El presidente George W. Bush ha hecho este viernes el anuncio más esperado por la industria del automóvil: el Gobierno dará miles de millones de dólares en ayuda financiera al sector mientras implementa su plan de reestructuración. De lo contrario, ha afirmado, su colapso podría enviar a la economía a una recesión más larga y profunda.
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Bush ha anunciado a los periodistas que destinará 17.400 millones de dólares (12.200 millones de euros) en préstamos a las empresas del motor, dinero al que tendrían acceso inmediato Chrysler y General Motors. De esta cantidad, 9.400 millones de euros estarán disponibles de inmediato y la cantidad restante estará a disposición en febrero.
Tras recibir el rechazo del Congreso, estos fondos provendrán del programa de alivio de 700.000 millones de dólares aprobado en octubre y originalmente diseñado para ayudar a los bancos. Las ayudas están condicionadas a la presentación de planes que garanticen el futuro y la rentabilidad de las empresas. La negativa del Senado de EE UU a autorizar un crédito puente de 14.000 millones de dólares hizo temer por un colapso inmediato de GM y Chrysler, que arrastraría con Ford, distribuidores de piezas y concesionarios que trabajan con marcas domésticas.
Bush ha explicado que el Gobierno desechó por el momento la posibilidad de permitir la quiebra de los grandes grupos automovilísticos, pues ello supondría hacer la recesión más larga y "dejaría al próximo presidente enfrentándose a la muerte de una industria vital".
Se pospone la quiebra, por ahora
"La opción más recomendable es que se organicen fuera de la quiebra", ha defendido el presidente estadounidense, quien no obstante ha precisado que los fabricantes tendrán tres meses para presentar sus planes de reorganización y convertirse en empresas "viables". "Si no se puede cumplir, entonces sí se prepararán para acogerse al capítulo 11 de la Ley de Bancarrota", ha advertido.
La medida no tendría precedentes, y requeriría concesiones por parte del sindicato de la Unión de Trabajadores del Automóvil, proveedores, bancos de inversión, accionistas y poseedores de bonos de las dos compañías. Bajo los dictados de dicha norma, los directivos de las empresas podrán seguir al frente de la gestión empresarial pero cualquier decisión relevante tendrá que ser aprobada previamente por un tribunal de bancarrota.
El mandatario ha apuntado que "para evitar el colapso, el Ejecutivo debe intervenir". "El pueblo y yo queremos que los fabricantes salgan adelante (..) Las automotrices deben demostrar cómo se convertirán en empresas viables, devolver los préstamos y demostrar que pueden ser rentables". Bush ha agregado que esperaba que este paso no fuera necesario, pero añadió no ha quedado más remedio dada la situación actual, al tiempo que pidió el compromiso de todas las partes relacionadas con la industria del automóvil. "Se les está dando la oportunidad de que se reorganicen en un momento muy difícil de la economía".