Giffords lucha por vivir mientras EEUU reflexiona sobre la violencia política
La congresista Gabrielle Giffords sigue grave aunque con esperanzas de sobrevivir tras el ataque que sufrió en Arizona, y que ha disparado todas las alarmas en EEUU por la violencia verbal con la que se expresan sus políticos
La congresista demócrata Gabrielle Giffords se encuentra en estado grave después de haber sido disparada en la cabeza durante un acto público en Arizona. Inmediatamente después del tiroteo, la congresista fue intervenida por un balazo que le atravesó el cráneo. Pero los médicos son optimistas.En el tiroteo además han fallecido seis personas, entre ellas un juez federal y una niña de nueve años. Ahora la investigación se centra en el perfil del asesino, un joven que ya había realizado amenazas de muerte en el pasado, aunque ninguna de ellas contra la congresista. La Policía no descarta que haya actuado con un segundo cómplice. / AGENCIA ATLAS
La clase política en general ha lanzado un llamamiento público para bajar el tono de su debate, que alcanzó temperaturas extremas durante la última campaña electoral, con temas candentes como la reforma de salud o la reforma migratoria.
En una conferencia de prensa en el Centro Médico de la Universidad de Arizona, el jefe de traumatología, Peter Rhee, ha indicado que, debido a la operación que sufrió tras el disparo en la cabeza y la aplicación de ventilación asistida, no puede hablar, aunque sí es capaz de "comunicarse, de responder a órdenes simples".
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Giffords, una demócrata que ganó por un escaso margen su reelección para un tercer mandato en las elecciones legislativas de noviembre pasado, recibió un tiro en la cabeza a corta distancia por un joven de 22 años que mató a seis personas, antes de ser detenido, en un acto público en Tucson, en el estado de Arizona.
Veinticuatro horas después del ataque, los doctores siguen siendo optimistas sobre la evolución de la congresista, especialmente porque su estado es mejor de lo esperado tras haber recibido un disparo en la cabeza.
El jefe de neurocirugía del hospital, Michael Lemole, ha explicado que la bala le atravesó el cráneo por el lado izquierdo, aunque sin cruzar de un hemisferio a otro. Gracias a la rápida intervención de los equipos de emergencias, la congresista fue operada sólo 38 minutos después del ataque.
El doctor ha declarado que, durante la operación, se frenó la hemorragia, se retiró el tejido dañado y también una porción del cráneo, que se reservará para ser reimplantado con posterioridad.
"La principal preocupación ahora es la inflamación del cerebro", dice Lemole, quien explicó que, al retirar parte del cráneo, se impide que los huesos constriñan al cerebro, lo que ocasionaría daños adicionales.
La congresista demócrata Gabrielle Giffords fue atacada ayer durante una reunión con votantes convocada en las puertas de un supermercado, en un suceso que ha conmocionado al país.
El atacante, de 22 años, Jared Lee Loughner, fue detenido tras el ataque, si bien no está colaborando con los investigadores. La policía buscaba a un presunto cómplice, que tras ser identificado y prestar declaración, se ha llegado a la conclusión de que solo era el taxista que llevó al homicida al lugar de los hechos.
De momento se desconoce el motivo del ataque, aunque algunos medios recuerdan que Giffords había sido criticada por el ultraconservador Tea Party por su apoyo a la reforma de salud y que su oficina fue atacada el día que la Cámara de Representantes aprobó esta medida.
Además de los seis fallecidos, las autoridades dijeron hoy que 14 personas permanecen heridas, una más de lo que se consideraba hasta ahora, aunque la única grave e ingresada en la UCI es Giffords.
Entre los fallecidos está un juez federal de Arizona, John M. Roll, quien también había recibido amenazas en el pasado por un fallo adoptado a favor de los inmigrantes ilegales.
También murió una niña de nueve años, Christina-Taylor Greene, que había nació el 11 de septiembre de 2001. Otros de los fallecidos es uno de los ayudantes de Giffords, Gabe Zimmerman.