La Policía noruega tardó veinte minutos en reducir al presunto asesino
Anders Brevik, tras noventa minutos disparando, disponía aún de gran cantidad de munición en el momento de su arresto
La Policía noruega tardó veinte minutos en reducir al presunto autor de la matanza de Utoya y el atentado con coche bomba de Oslo, Anders Brevik, quien todavía disponía de gran cantidad de munición en el momento de su arresto, según han informado las autoridades.
La operación para detener a Brevik comenzó a las 18.09 horas de la tarde, momento en el que las fuerzas especiales hicieron acto de presencia en la isla. El sospechoso fue detenido a las 18.27, según las autoridades. Hasta ese momento, Brevik llevaba ya hora y media ejecutando la masacre, que ha dejado al menos 85 muertos, todos ellos jóvenes que acudían a la conferencia de juventudes del Partido Laborista.
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El portavoz policial, Sveinung Sponheim , explicó que las fuerzas del orden tuvieron que llegar en coche a la isla al no disponer de un helicóptero, según comentarios recogidos por el diario 'VG'. Sponheim reconoció que, en principio, la isla estaba vigilada por un agente de Policía. Sin embargo, no pudo precisar dónde se encontraba el agente en el momento del ataque.
Utilizó balas especiales prohibidas en las guerras
En una entrevista en la edición digital del rotativo local 'VG', el cirujano jefe del hospital Ringerike, Colin Poole, que ha tratado a 16 heridos en el tiroteo de la isla de Utøya, asegura que el agresor empleó las denominadas balas expansivas o "dum-dum", que tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto. "Esas balas más o menos explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían eran absolutamente terribles", explica Poole."Los fragmentos son tan pequeños. Nunca había visto algo así", explicó Poole, a pesar de sus 26 años de experiencia.
Agrega que las balas expansivas han causado graves daños a los heridos en el tiroteo, en su mayoría jóvenes y adolescentes, y creado incontables quebraderos de cabeza a su equipo de cirujanos. "Nos ha causado todo tipo de problemas adicionales por el tipo de daño que causan estas balas especiales. El efecto que causan dentro del cuerpo es similar al de miles de agujas y alfileres", indica el cirujano jefe. Poole añade que este tipo de munición es muy difícil de adquirir legalmente en Noruega, por lo que se pregunta cómo Breivik pudo conseguirla.
Las controvertidas balas expansivas, cuyo uso está prohibido en las guerras desde 1899, se emplea en ocasiones muy concretas, como en la caza mayor, debido al tipo de daños que causan. Además, su uso se ha permitido o elegido en ocasiones muy concretas en los últimos años en el marco de operaciones antiterroristas, tanto para abatir suicidas como para disparar sobre secuestradores dentro de un avión sin dañar el fuselaje.
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