'Suits', tretas de abogados entre el éxito y la marihuana

Una serie de abogados. Vaya novedad. 'Suits, la clave del éxito' combina los entresijos de la profesión con la historia de un prometedor dúo, un abogado canalla y despiadado y su asociado, un joven impostor con memoria fotográfica que ha coqueteado con las drogas. Esa mezcla tan efectiva entre el procedimental y el desarrollo de historias personales que nos depara un dramedia interesante, con el juego de traición y lealtad, éxito y fracaso o despotismo frente a inseguridad | Más noticias en la sección de televisión

El mundo de los abogados está muy trillado en la ficción televisiva. Cada año aparecen nuevas series que prometen algo nuevo y se quedan en nada. Simplemente explotan un nuevo giro pero con una cartera de casos muy limitada. Todas acuden a la dualidad entre éxito y fracaso, entre poder y sumisión, lealtad y traición... en un mundo despiadado, sin escrúpulos y donde la ética se la dejan en casa porque ellos son abogados. Defiendan a quién defiendan siempre buscan la complicidad del público con su cliente porque al final es raro que pierdan un caso. En esta línea se mueve 'Suits, la clave del éxito', la serie de USA Network que estrena este viernes Calle 13.

En este caso el giro es la mentira. El engaño funciona como hilo conductor de la vida de su protagonista. La novedad radica en que el joven Frank Ross, interpretado por Patrick J. Adams, es demasiado inteligente e inocente. Otra vez esa maldita dualidad. Ross posee una memoria brillante, pero siempre anda metido en líos para conseguir dinero. Lo echaron de la universidad, consume drogas y ha coqueteado con el negocio de la marihuana. Este pasado impostor no resulta un impedimento para Harvey Specter (Gabriel Match), que ve en él por primera vez la posibilidad de convertir a un asociado en un brillante abogado. Ambos forman un dúo que construye su confianza a lo largo de los casos. Con la visión ganadora de Harvey y la sensibilidad de Ross. Con la experiencia de uno y la inteligencia de otro. Una pareja antagónica que, sin embargo, se complementa por un vínculo de lealtad basado en sus secretos. Los demás personajes, ansiosos por destronar a Harvey, tentaran a su nuevo juguete para intentar desestabilizarlo.

Ante esta aparente ingenuidad de Mike Ross, se encuentra su pasado lleno de mentiras y marihuana, que funciona como una especie de cebo. Es ese latido al que tiene la tentación de volver, esa constante que marca su camino, bien porque los demás lo sepan o bien porque su mafioso amigo Trover lo implique en uno de sus negocios. Es esa maldita dualidad (nuevamente) entre la gloria junto a Harvey o la ruina de las hojas verdes. El infinito juego de la antítesis que irán cambiando conforme Harvey intente moldear a su asociado y Ross le quiera ablandar. La serie depende íntegramente de la interacción de ambos personajes, pero cuenta con un guión sólido y una cuidada estética. Ambientada en Manhattan pero rodada en Canadá, goza de una buena ambientación y un curioso gusto por la elegancia, con el traje ejecutivo como garantía de la sofisticación, el triunfo y acento para crear esa Tensión Sexual No Resuelta con sus atractivas compañeras de trabajo.

La serie se estrenó el pasado verano en EEUU y registró el tercer mejor dato de un piloto en la historia de USA Network. La media de más de seis millones de espectadores le ha valido su renovación para una segunda temporada, que comenzará a rodarse en el mes de abril. Esta extraña pareja de abogados protagonizan una serie entretenida e inofensiva, para esos momentos en los que te sientas en el sofá y dejas de pensar.

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