La ONU ha confirmado la muerte de al menos 92 personas, incluidos 32 menores de edad, este viernes en la localidad siria de Hula. La oposición denuncia que estas muertes son el resultado de un bombardeo de la artillería del Ejército sirio, mientras que el régimen lo niega y las atribuye a «bandas terroristas». La jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, ha condenado la matanza de Al Haula, en Siria, e instó al Gobierno de Bashar Al Asad al cese inmediato de la violencia. Ashton se ha declarado «consternada» por la brutal masacre en la que 92 personas, entre ellas 32 niños, perdieron la vida. «Condeno en los términos más duros este acto atroz perpetrado por el régimen sirio contra su propia población civil, a pesar del alto el fuego acordado y de la presencia de observadores de la ONU», dijo en un comunicado. La alta representante de la Unión Europea instó al Gobierno de Al Asad a «cesar de manera inmediata toda forma de violencia y dar su total apoyo a la misión de observadores de las Naciones Unidas». Asimismo, pidió al régimen sirio que ponga en marcha de manera íntegra el plan de seis puntos del enviado especial de las Naciones Unidas, Kofi Annan, respaldado por la resolución 2.043 de la ONU. «La UE apoya totalmente los esfuerzos de Kofi Annan y su equipo para sentar las bases de un proceso político. Mañana hablaré con Annan para expresarle ese respaldo», indico la máxima responsable de la diplomacia europea. Ashton indicó que la comunidad internacional «debe hablar con una sola voz, pedir el final del derramamiento de sangre e instar a Al Asad a quedar al margen y permitir una transición política». Petición del cese de la violencia Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha exigido que «el Gobierno de Siria interrumpa de inmediato el uso de armamento pesado en centros poblados». El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, ha informado de que vecinos de la localidad han huido de la misma por temor a nuevos bombardeos y ha denunciado que otra persona ha muerto en la localidad de Saraqeb por disparos de militares contra una manifestación contra las muertes de Hula. La televisión estatal siria, por su parte, ha emitido vídeos subidos a Internet por opositores en los que se puede ver a los heridos y los cadáveres destrozados, pero atribuye el ataque a «bandas terroristas».