La importancia de llamarse Wimbledon

Pero no vamos a hablar de tenis. En realidad, este torneo destaca también por algo relacionado con la moda: es el único que exige dress code, es decir, tiene normas de vestuario. Los jugadores deben vestir de blanco de la cabeza a los pies. Y lo cumplen.

Wimbledon tiene fama por tanto de ser uno de los torneos más elegantes, tanto fuera como dentro de la pista, y es que está claro que el tenis siempre ha estado relacionado con el buen gusto.

Bastan algunos ejemplos, como el tenista René Lacoste, que revolucionó el mundo de la moda con un lote de camisetas de piqué que en principio encargó para su propio uso. Fue una revolución porque consideraban que era una prenda demasiado ajustada al cuerpo. Fue también él, ahora lo sabemos, quien decidió bordar el archifamoso cocodrilo en sus chaquetas.

Fred Perry es otro de los protagonistas históricos de Wimbledon, ganó tres veces este torneo y además, ganó el Gran Slam, convirtiéndose automáticamente en 'Sir' en su Gran Bretaña natal. Pero es que además, la marca que fundó este tenista con su nombre en el año 1952 se convirtió en símbolo de elegancia deportiva.

Otro nombre propio a destacar es Emile Camuset. Quizás este nombre no suene tanto, pero sí su marca: Le Coq Sportif, muy ligada al mundo del ciclismo. Y es que Camuset no fue deportista profesional, pero amaba este deporte y en su taller, realizó camisetas para sus amigos: ciclistas, futbolistas y jugadores de rugby.

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De hecho, en 1951 fue elegido como proveedor de maillots del Tour de Francia.

Pero también hizo prendas para el mundo del tenis, y de hecho, el primer jugador negro que ganó Wimbledon, Arthur Ashe, vestía Le Coq Sportif de la cabeza a los pies.

A día de hoy, tanto Lacoste como Fred Perry como le Coq Sportif están presentes en la moda del día a día. Sobre todo, en el calzado, donde el estilo deportivo se ha convertido en tendencia.