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Entrevista:

El Comidista: "Si la alta cocina es música clásica, lo mío son Los Ramones"

Mikel López Iturriaga recibe a GASTRO en su oficina de Barcelona, días antes de reanudar su colaboración semanal con la Cadena SER

Barcelona

Mikel López Iturriaga (Bilbao, 1967) se siente más cocinitas que cocinero, y nunca ha trabajado en un restaurante pero pocas recetas cuentan con tantos seguidores como las que él publica en El Comidista, un blog divertido que él dice tomarse "muy en serio". Asegura que, en su caso, resulta especialmente difícil trabajar con hambre y que, aunque lo hace poco, le encanta merendar. Se define como "más de Nesquick que de Cola Cao" y explica que su primer recuerdo gastronómico es "la comida de ir a la playa: tortilla de patatas y filete empanado frío con el pimiento verde encima". Odiaba (y sigue odiando), sin embargo, el hígado que su madre le hacía comer todas las semanas. Y su sueño, ahora mismo, es hacer "algo de tele", pero de momento sigue en la SER, colaborando cada martes con el nuevo Hoy Por Hoy de Pepa Bueno y Gemma Nierga.

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¿Cómo es un día normal de El Comidista?

Lo primero que suelo hacer es conectarme a Twitter y ver qué está pasando. Luego hago una ronda de noticias generales, promociono mi post dle día... y ya me pongo con lo del día siguiente. ¡Me paso el día en la oficina!

¿Y te traes tupper?

Sí, sí... Aunque bueno, como aquí tenemos una pequeña cocina y a mí me gusta comer ligero a mediodía, suelo traerme cosas para preparar una ensalada. Para cenar, si no voy mal de tiempo, sí que procuro hacer algo un poco más currado.

¿Muchas bromitas, por los pasillos de la oficina? Porque claro: eres El Comidista...

No, aquí todo el mundo va a su bola. Pero bueno, la gente con la que comparto espacio siempre está con que "qué gourmet" soy... ¡Y es mentira! Yo soy de cosas sencillas pero me gusta que, si hago ensalada, el tomate sea un tomate decente y el aceite, un aceite decente. Me gusta comer poco pero que todo sea de buena calidad.

En el prólogo de tu libro (Las recetas de El Comidista) sostienes que no comulgas con la idea de que todo fracaso puede convertirse en una gran oportunidad, pero que en tu caso ha funcionado...

Pues sí porque yo trabajaba como redactor jefe en ADN.es y, al cerrar la web, me echaron. Fue entonces cuando, como no quería volver a escribir de música, vi que en la gastronomía había un hueco y decidí empezar a preparar Ondakin. Quise hacer algo diferente porque en la blogosfera había mucha alta gastronomía y mucha receta, pero no había casi nada que tirase por la calle de en medio, que es lo que a mí me intereseba. Y bueno, desde entonces todo ha ido muy rápido...

El blog de El Comidista "comenta cualquier conexión de lo comestible con la actualidad o la cultura pop"...

Los anuncios de Tulipán de los 70, por ejemplo. O el logo de Coca-Cola... ¡Eso es pop y es comida! Pero bueno, también tiene que ver con lo que yo cocino, que es muy para todo el mundo. Si la alta cocina es música clásica, lo mío son Los Ramones. Y me gusta relacionar la cocina con la televisión o la publicidad; me gusta hacer listas de canciones para cocinar; me gusta hablar de la cocina en cine o de su en el arte. Yo soy un obseso de la cultura pop y hago referencias continuamente. Programas de telebasura, anuncios... Todo eso me interesa, me entretiene y me lo traigo.

¿Cómo surgió el logo de la alcachofa?

Mi compañera Inés Casals, que es diseñadora, sabe que me encantan las alcachofas y creó un logo con alcachofa para Ondakin. Luego, al pasarme a EL PAÍS, fueron ellos los que se encargaron del diseño y, en la primera propuesta que me pasaron aparecía una ramita de perejil. Yo dije que ¡ni de coña! Porque el perejil es muy de Arguiñano, les propuse una alcachofa y encontraron esa foto. Mucha gente me ha dicho que está pasada, que está muy abierta... A los expertos en alcachofas no les parece la alcachofa correcta pero es una verdura con la que me siento muy identificado porque es de temporada y porque marida con muy pocas cosas.

¿La cocina es arte?

Yo creo que no. Pueden haber manifestaciones artísticas ligadas a la cocina pero yo creo que el arte es otra cosa. ¡Y no tiene nada de malo! Pero para mí es algo más artesano que artístico. El arte tiene que ser inútil por definición.

¿Cuál es el post con más vsitas de El Comidista?

El de Mercadona. Una carta que le escribí al señor Juan Roig después de que volviese a hablar sobre lo que teníamos que hacer los españoles. Como él se me permitió ese lujo, yo le contesté diciendo lo que me gustaba y lo que no me gustaba de su supermercado, y fue un bombazo. ¡Andaba por los 70.000 'me gusta' en Facebook! A las 8:30 de la mañana, el día que lo publiqué y sin haberlo movido aún en Twitter ni aparecer en la portada de EL PAÍS, ya tenía 400 'me gusta', y pensé: ¡uff! Vi que la cosa iba a petar... y petó.

En el prólogo de tu libro lamentas que se hable de comida, mientras la gente cocina cada vez menos...

¡Pues sí! Por eso, cuando alguien te escribe contándote que se ha empezado a cocinar con tus recetas, es ¡lo más! Yo a veces me cabreo cuando oigo que la gente dice que no quiere pasarse horas en la cocina. ¡Pero bueno! Primero: que no hace falta pasarse horas, para cocinar bien. Y segundo: ¿por qué no pasas menos tiempo delante de la tele o haciendo el tonto, y lo inviertes en algo que es tan bueno para ti y tan gratificante para los que lo rodean. Cuando me escribe gente, es un puntazo. Y si lo hacen desde La Pampa argentina, como ha pasado, entonces flipo.

¿Cuántas estrellas Michelin tiene El Comidista en la barriga?

¡No muchas! No estuve en elBulli, por desgracia, porque me hubiese encantado. Sí he estado en el 41º, donde sirven algunos de los grandes éxitos de Ferran Adrià. Pero la verdad es que mi currículum de estrellas es muy pequeño. Y de hecho, cuando voy a un restaurante, voy con cuidado porque yo no soy Capel ni Maribona ni Pau Arenós. Yo no soy crítico gastronómico. ¡Soy periodista! No sé tanto de alta gastronomía como para hacer una crítica de un restaurante. Y además, los que lo hacen realmente bien son muy poquitos...

Que digas eso demuestra que sabes más de lo que dices que sabes...

Bueno, no he estado en El Celler de Can Roca pero veo los platos que hacen, y les he visto en presentaciones, y con eso me vale para saber que son la bomba. Pero no hay nada peor que quedarse a medias. El querer y no poder por falta de recursos y originalidad. A mí me gustan los buenos restaurantes de alta cocina y los buenos restaurantes de cocina normal. Pero las medias titnas... Hay cada cosa por ahí que dices: ¡madre mía! Y encima carísimos.

¿Cómo es la vuelta al cole para El Comidista?

Un poco dura porque el blog desgasta. Pero sobre todo intensa porque sacaremos el segundo libro a finales de noviembre, sigo con la columna de los sábados en EL PAÍS y los reportajes de cocina para el EPS, la sección semanal en la SER... Y luego, sobre todo, que todo lo que vaya saliendo no suene viejuno. ¡Solo de pensarlo me dan ganas de huir a una isla desierta y vivir como los robinsones suizos! Pero bueno, lo superaré.

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Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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