La Elena Francis de la cocina

Mikel López Iturriaga (Bilbao, 1967) "es una mezcla de gafapasta y salido mental". Así es como le ve un tal Javitxu, al menos. E Iturriaga, siempre con una sonrisa en la recámara, ha decidido premiar esa sinceridad con una mención estelar en su segundo libro: La cocina pop de El Comidista (Plaza & Janés, 2012). Una obra "que tiene fotos" y en la que el autor del célebre blog de El País habla, entre otras cosas, de canciones, películas y recetas (que a veces son) viejunas. Un universo gastronómico y muy pop saboreado siempre con ironía y que alcanza su máximo esplendor en la sección del consultorio Aló Comidista.

Martín Berasategui y David de Jorge acaban de publicar Más de 999 recetas sin bobadas... ¿Crees que lo de "sin bobadas" es un ataque personal contra ti?

Bueno... [risas]. No creo que tengan tan mala idea. Yo coincido con ellos, de hecho. También milito en la religión de la cocina sin bobadas. David se refiere a esa cocina aparatosa y plúmbea que se ha puesto de moda últimamente y yo, en el prólogo del primer libro, hago referencia a esa "cocina sin chorradas", así que espero que no lo digan por mí.

En la receta de los boquerones en vinagre afirmas que, si al final fundas una religión comidista, lo de desayunar pescado estaría prohibido.

Sí, esa sería una de las cosas... Lo de las legumbres en los postres también lo llevo mal. Pero bueno, un poco de atún en aceite para desayunar, podría ser... Y eso sí: luego, a la hora de comer, ya me lo como encantado.

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En el libro propones varias recetas relacionadas con series y, para Juego de Tronos, por ejemplo, te decantas por platos que inspiran lujuria medieval...

Esto surge de otro blog de El País, Quinta Temporada. Me pidieron que elaborase un menú para Mad Men y, a partir de ahí, desarrollamos la idea para otras series. Juego de Tronos me sugiere algo muy contundente, muy medieval, muy de mezclar dulces y salados, muy de asados. Algo muy exuberante. En el libro, de hecho, hay larguísimas descripciones de lo que come la gente... ¡y me los he leído todos! Soy muy fan...

Otra de series: "No me digáis que los zombis no son las personas que más disfrutan de la comida que habéis conocido"...

¡Junto a los curas y a los periodistas gastronómicos, son los que comen con más ansia! La verdad es que meter recetas relacionadas con una serie de zombis es una provocación pero ¡me apetecía hacerlo! Unas costillas, un revuelto de morcilla, unos cupcakes que encima llevan una forma que imita el cerebro... Me parecía algo cachondo y creo que hay que abrir la puerta a cosas que sean divertidas. Sin más.

Reclamas la invención del macroondas...

¡Pues sí! No sé a qué se están dedicando los científicos del mundo, estando el macroondas por inventar [risas]... El macroondas sería un microondas de frío. Un aparato que, poniendo dentro un alimento o una bebida, la enfriase en 20 o30 segundos... He de decir que en las cocinas de restaurantes de nivel ya hay cosas parecidas pero yo quiero que se dé el salto a lo doméstico.

El despiporre total llega con el capítulo de Aló Comidista...

Sí... Sí, sí. Hemos hecho una pequeña selección de las preguntas más interesantes.

Una de ellas trata sobre cómo mejorar el sabor del semen...

Sí, bueno [risas]... Esa estaría entre las preguntas más bizarras del consultorio. Pero bueno, hay una mitad sensata, útil y práctica, y otra de preguntas imposibles y, a veces, hasta ridícula. Pero bueno, sí: había que rescatar momentos como el del sabor del semen, o el del tipo que se pone lubricante de sabores sobre las tostadas, o a gente chiflada que te pregunta cosas rarísimas como: ¿Somos lo que comemos, o comemos lo que somos? Eso te hace dudar de la salud mental de quien te lee...

¿Aludes a la locura de tus lectores cuando, lo que pasa en realidad, es que no te sabes la respuesta?

¡Hombre, claro! Es un recurso que tienes para salirte por la tangente... Pero bueno, si la pregunta es sensata y no la sé, procuro documentarme. Busco en libros, en Internet, llamo a alguien que sepa del tema... ¡Me lo curro un poco! Por eso no lo hago en directo: porque mis conocimientos de gastronomía, en contra de lo que piensa alguna gente, no son enciclopédicos. Hay quien cree que yo soy una especie de Dios y que sé qué productos has de comprar en un supermercado de Dinamarca, o a qué restaurantes tienes que ir si te vas de viaje de novios a Elche. Son cosas que me han preguntado... Pero claro, hay veces que no tengo ni puta idea.

¡Eres la Elena Francis de la cocina!

Sí, sí... Me identifico mucho con ese papel. De hecho hay guiños a esos consultorios de la radio. Como, si me escribe Luis, por ejemplo, arrancar mi respuesta con un: "Querido Luis"... A veces juego a evocar aquellos fantásticos consultorios que, por desgracia, se han perdido. ¡A mí me divertían mucho! Y en el de Elena Francis había algunas consultas que ni las mías de Aló Comidista... Sobre todo por lo carcas y lo rancias que eran.

Una consulta personal: tengo un amigo al que le gusta una chica y se ve con pocas posibilidades... ¿Qué le dirías?.

Querido amigo, te recomiendo que le prepares una cena y que te lo curres. Más allá de que lo que hagas esté bueno o malo, que también es importante, lo que cuenta es que ella vea que has hecho un esfuerzo y que te lo has currado. Porque si le pones a alguien unos espaguetis con tomate Orlando, posiblemente no le vas a seducir. Haz algo que no sea muy complicado, para que salga bien, y que sea ligero porque, claro, si te has metido un cenote grasiento y pesado y luego triunfas, no sé yo...

¿Habla la voz de la experiencia?

La verdad es que no.

Esto te resta credibilidad...

¡No! Bueno, a ver... Sí. Le he dado de comer a personas con las que he tenido relaciones pero nunca he intentado seducirles con la comida. Y el rollo de las comidas afrodisiacas no me lo creo mucho.

No hay nada más pop, ahora mismo, que una aparición estelar en Pesadilla en la Cocina...

¡Sí! Ha sido un poco raro, verlo ahora, porque se grabó hace muchos meses. De hecho salgo en pantalones cortos... Y cuando lo grabamos nadie conocía el programa pero ahora se ha convertido en un fenómeno y piensas: ¡ostras! Igual me lo tendría que haber preparado mejor... Pero bueno, fue divertido. Y te das cuenta del impacto que tiene la tele. Cuando aparecí, en dos minutos tuve ciento y pico menciones en Twitter... Me parece una adaptación súper digna. Un programa que no puedes dejar de ver.

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