La dieta mormona

No tienen ni idea de cuál es el plato favorito de Mitt Romney pero, si le preguntamos por el suyo, no vacila: "A mí me gustan las lentejas y el cocido", dice Faustino López por teléfono. "Como a cualquier madrileño"... si no fuera porque este hombre de 62 años es uno de los líderes mormones en Europa. "Tenemos una revelación, la Palabra de Sabiduría, que da consejos de salud con dimensiones espirituales y que nos recomienda tomar poca carne y basar nuestra dieta, sobre todo, en legumbres, verduras y frutas, para mantener sano nuestro cuerpo y nuestro espíritu".

El estereotipo mormón del español medio es el de un joven rubio norteamericano, trajeado, educado y con ganas de hablar de Dios. "Son misioneros", explica Faustino López. Y ninguno de ellos puede tomar té, café ni ninguna bebida alcohólica porque eso es, en esencia, lo que más distingue la dieta de los mormones de la del resto de la gente.

"Yo fui católico hasta los 20 años pero tenía demasiadas preguntas que la Iglesia católica no sabía contestar y, cuando se las hice a dos de estos jóvenes, hace 42 años, respondieron bastantes", explica el mormón madrileño. "Yo soy más vegetariano que carnívoro pero la dieta mormona, como tal, no existe. Depende de dónde vivas".

Con una comunidad que apenas llega a los 40.000 miembros y que, además, está formada por creyentes de muchas nacionalidades, la gastronomía mormona española, ciertamente, no tiene ningún plato típico. "A los misioneros, cuando llegan a Madrid para formarse, les cocinan mujeres españolas para que se vayan acostumbrando porque van a pasar dos años aquí", explica López. "Estoy seguro de que cuando regresan a EE UU echan de menos nuestra cocina", añade.

Pero en Utah, donde más de la mitad de sus casi tres millones de habitantes es mormona, la cosa cambia. La periodista e ilustradora Johanna Bailey nació en Salt Lake City: la principal ciudad del estado mormón y por eso, aunque haya vivido en Nueva York, Japón, Suiza o Barcelona (donde reside actualmente), conoce bien la gastronomía relacionada con la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

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"El 'Jell-O' es lo más típico", explica. "Una especie de gelatina con la que hacen muchas cosas, sobre todo ensaladas. Dentro de la getaltina meten zanahoria, lechuga, guisantes... y preparan ensaladas dulces y saladas a la vez: las Jell-O salads. Incluso recuerdo que, cuando era pequeña, en Utah sonaba una canción que bromeaba con el Jell-O y los mormones", explica.

Para saber más, acerca de los mormones, Bailey recomienda la serie de HBO Big Love. Pero, como su especialidad es la ilustración gastronómica, sugiere también la lectura de lo que el New York Times, la National Public Radio o The Atlantic han publicado acerca de la cocina mormona y Mitt Romney.

Bailey, que ha estudiado cocina en la prestigiosa Academia Hofmann de Barcelona y que, a modo de apuntes, empezó a hacer dibujos, colaboró con la fórmula de las 'funeral potatoes' [un plato típico de la cocina mormona de Utah que suele servirse después de los funerales] en un libro colectivo de recetas ilustradas.

"También son típicas las casseroles", apunta. "Pero en Massachusetts, de donde es Romney, prevalece la cocina de Nueva Inglaterra y son típicas, sobre todo, las sopas de marisco". Según Bailey, no abundan los restaurantes mormones identificados como tal pero, en Salt Lake City, el más famoso es el Lion House.

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