Vuelve a ser Primavera en el 'britpop'
La banda británica Blur ofrece en Barcelona uno de los conciertos más esperados de la edición 2013 del festival Primavera Sound
Era el concierto más esperado del festival y los británicos Blur no defraudaron. Su líder, Damon Albarn, salió al escenario sonriente y proclamó que es "por noches como esta" por las que vale la pena dedicarse a hacer canciones. Sonaron los primeros beats de Girls and boys, uno de los temas más bailables del repertorio de la banda inglesa, y el público del Primavera enloqueció, dejando claro que si hubo una época en la que el britpop llegó a aburrir, esa época ha pasado.
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A Damon Albarn se le notaba feliz. Justo antes de tocar There's no other way saludó a la luna, que también se había asomado al Parc del Fòrum, y siguió repasando su colección de éxitos: Beetlebum, Out of time... También cayó Trimm Trabb, un corte escondido en la parte final de 13 que ha ido creciendo con los años y que, si bien suena lejos del pop noventero que hizo de Blur una de las bandas más importantes de la década, sí contiene las claves de la evolución musical de Damon Albarn, cabecilla también de Gorillaz o The Good, the Bad and the Queen.
Los primeros acordes de Coffee and TV colocaron a Graham Coxon en primera línea. La última vez que Blur tocó en Barcelona, hace 10 años, lo hizo sin él. Pero Coxon, que ha publicado ocho discos en solitario (uno más que Blur, de hecho), ha vuelto a casa en plena forma. Mientras cantaba "we can start all over again" [podemos volver a empezar], Albarn se le acercó guasón y ambos sellaron la reconciliación con una sonrisa cómplice.
Después del mántrico Tender ("love's the greatest thing that we have" [el amor es lo más grande que tenemos]), en el que pudieron lucir los coristas góspel que suelen acompañar en directo a la banda, Damon Albarn decidió bajar del escenario para darse un baño de masas con Country house, la canción con la que acudieron a la gran batalla del pop británico en 1995. Una disputa (sobre todo) comercial con los hermanos Gallagher de Oasis que mantuvo ocupada a la prensa musical inglesa durante unos cuantos años.
Blur volvió a echar mano de los galgos de Parklife para enloquecer al personal con la canción que dio nombre a su tercer disco (que en 2014 cumplirá 20 años) y culminó la primera hora de concierto frente al mar con End of a century y This is a low. Pero todo el mundo sabía que no podían irse del Primavera sin tocar lo que les quedaba por tocar, y Albarn, Coxon, James y Rowntree volvieron triunfantes al escenario para regalarle al público cuatro canciones más.
Después de For tomorrow mucha gente coreó abrazada The Universal pero la locura colectiva llegó con los dos minutos de griterío de Song 2. Un final por todo lo alto con el que el festival con más hipster por metro cuadrado de España se rendía ante uno de los hits que más botes y empujones han causado en los últimos 15 años.
Tanta adrenalina dejó Blur en el Parc del Fòrum, de hecho, que buena parte del público empezó a desfilar del recinto coreando el estribillo de Tender (oh why, oh my). Una imagen propia de los hinchas de un equipo de fútbol que acaba de ganar la Champions. Una dosis de entusiasmo por la música que renueva y reivindica la vigencia del britpop. Una celebración masiva que amagaba con nostalgia y que acabó brindando vitalidad.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...