Primavera Sound 2013: orejas mimadas, narices rojas y algún que otro 'hipster' resfriado
La edición 2013 del festival Primavera Sound pasará a la historia por haber batido su récord de asistencia, por los conciertos de Blur o Nick Cave, y por el frío
El Primavera Sound 2013 será recordado por el emocionante concierto de los británicos Blur y por haber homenajeado discos míticos (concierto mediante) como Una semana en el motor de un autobús de Los Planetas, Last Splash de The Breeders, o Give Up de The Postal Service. También por la vehemencia escénica de Nick Cave and The Bad Seeds, por haber sido el más multitudinario de todos (170.000 personas) y por las dolorosas cancelaciones de última hora (Rodríguez, Band of Horses). Pero el festival más hipster de España (y parte del extranjero) no solo ha mimado el oído de los modernos treintañeros: también ha conseguido que muchos de ellos acabaran estornudando o con la nariz roja porque, este año, en el Parc del Fòrum, ha hecho algo más que fresco.
Más información
La banda sonora del primer atardecer del #PS13 corrió a cargo de The Vaccines. Una banda con estribillos casi irresistibles porque conjuga con maestría el punk, el rock y el surf con algo muy similar a lo que los amigotes medio borrachos corean detrás de la portería de los campos de fútbol en Inglaterra.
Su líder, Justin Young, hizo temblar las baldosas del Fòrum a grito de If you wanna come back, it's all right [si quieres volver, por mí bien], y minutos después, con la platea aborrotada, le secundaron los vascos Delorean, quienes supieron corresponder el guiño de la organización (prime time en la jornada de puertas abiertas) con una impecable lección de intensidad bailable.
El jueves se oyeron gritos de "in... indé... independència!" en el concierto de Manel, que presentaba las canciones de su último disco, Atletes, baixin de l'escenari. Pero el grupo más interautónomico de la escena catalana alternó los temas nuevos con hits infalibles, como Al mar, para acabar recordándole a Teresa Rampell que l'amor, per fi, retorna a la ciutat [el amor, por fin, retorna a la ciudad] y dejar al público con ganas de más.
El Primavera Sound ha crecido en paralelo al mito de The Postal Service, un supergrupo que, a pesar de haber facturado un hit generacional, Such Great Heights, solo ha publicado un disco.
10 años después de haber dibujado con sus manos la cima de la indietrónica, Ben Gibbard ha demostrado que las canciones de Give Up conservan su punch pero, tratándose de un disco abonado al modo repeat, a la puesta de escena le faltó épica. Por eso los franceses Phoenix se convirtieron en los grandes triunfadores de la noche del jueves: supieron combinar su poderío musical (el de temas como Lisztomania) con un juego de luces espectacular (a lo Coldplay) y el efectismo del confeti (en plan The Flaming Lips).
El viernes era el día de Blur y los ingleses cumplieron con creces. Si Damon Albarn fuese torero (y no una las máximas figuras del britpop), seguramente habría salido por la puerta grande de la Avenida Diagonal. Barcelona tenía anhelaba saltar con canciones como Girls and Boys o Song 2 o de ver a Graham Coxon cantando Coffee and TV. Pues bien, deseo concedido.
Sus vecinos Django Django, herederos y (al mismo tiempo) renovadores de la herencia musical del pop británico de los 90, justificaron su presencia en la lista de los mejores discos de 2012 con un concierto en el que no faltaron hits como Default o Life's a beach, a ratos en tirando de versiones originales y, a ratos, jugando con sus propios remixes.
El niño prodigio James Blake, una especie de productor de dubstep con voz de Antony Hegarty, demostró que la electrónica a pocas revoluciones también puede emocionar. Pero su adoración a los decibelios hizo temblar (más de la cuenta) a algún que otro tímpano y, curiosamentem mucha gente acabó tapándose los oídos para poder oír mejor.
A pesar de los muchos problemas técnicos que le tocó sufrir a La Bien Querida, Ana Fernández-Villaverde se quejó sobre todo de las bajas temperaturas del Primavera, y las canciones de su tercer disco, el más New Order de su meteórica carrera, acabaron contagiándose, haciendo que el público encaja sus beats con más frialdad de lo que cabía esperar.
También se quejaron del frío primaveral las integrantes de The Breeders, que tocaron enterito su disco Last Spalsh, pero el público, en este caso, sí respondió calurosamente a canciones como Cannonball.
La jornada del sábado, la última del enorme Parc del Fòrum (al menos 15 minutos de caminata para cruzar el recinto), fue la más castigada por las cancelaciones. Primero la de Rodríguez y, a última hora, la de Band of Horses. La organización tiró de Chucho y de Deerhunter (quienes ya habían actuado el jueves) para reemplazarles pero el centro de gravedad se había desplazado ya, irremediablemente, hacia los mallorquines Antònia Font (capaces de agradar al público de cualquiera de los grandes festivales de la ciudad) o hacia los versátiles Mac de Marco, una de las grandes sorpresas del festival.
Los granadinos Los Planetas convirtieron el Parc del Fòrum en un karaoke gigante con la interpretación íntegra del disco Una semana en el motor de un autobús pero la estrella del día fue Nick Cave & The Bad Seeds, quien arrancó quejándose del frío para, ipso facto, calentar al público con lo más parecido al rock and roll de verdad que ha sonado en la edición 2013 del Primavera Sound.
Los conciertos de Julie Doiron, Sr. Chinarro o (una vez más) Deerhunter en la salas Barts y Apolo pusieron fin, el domingo, a la edición que probablemtne más resfriados ha causado en la historia del festival.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...