Decenas de miles de personas se han congregado este domingo en la plaza Tahrir de El Cairo para pedir la renuncia del presidente de Egipto, Mohamed Mursi, mientras numerosas marchas siguen llegando de otras zonas de la capital. Las principales marchas han llegado a la céntrica plaza, donde los manifestantes ondean banderas egipcias y portan pancartas en las que está escrita la palabra «vete» en alusión al presidente islamista. Grupos de voluntarios controlan los accesos a Tahrir para evitar que haya personas que se infiltren con armas y objetos punzantes, al tiempo que hay otras marchas que se dirigen hacia el palacio presidencial en el barrio de Helispolis. Aun así, y según la agencia oficial de noticias Mena, al menos 46 personas armadas han sido detenidas en esta nueva jornada de protestas en El Cairo y la vecina provincia de Guiza; y otra en la ciudad mediterránea de Alejandría por vender supuestas botellas de agua contaminada entre los manifestantes. Además, la policía egipcia detuvo a 17 hombres armados cuando se dirigían hacia la manifestación en favor del presidente egipcio, Mohamed Mursi, también en El Cairo. A pesar de las detenciones, Tahrir vive un ambiente pacífico, mientras el ejército y la policía se han desplegado en las principales instituciones y puntos estratégicos del país para mantener la seguridad. Un ambiente que contrasta completamente con lo vivido en el sur de El Cairo donde cinco personas han muerto. Una de ellas en la ciudad de Beni Suef en un ataque armado contra manifestantes opositores y otro en Fayoum. Otras tres personas han muerto en la ciudad de Asiut durante una agresión contra los manifestantes. Según fuentes médicas citadas por Al Jazeera, dos personas más han muerto por disparos durante un ataque a la sede de los Hermanos Musulmanes en uno de los suburbios de la capital Enfrentamientos entre partidarios y opositores Según han informado fuentes de seguridad del país, en el delta del río Nilo se registraron choques entre partidarios y contrarios a Mursi en la localidad de Mahala y varias sedes del partido Libertad y Justicia, de los Hermanos Musulmanes, han sido atacadas y quemadas por opositores en las provincias de Sharqiya (en el delta) y de Beni Suef (al sur de El Cairo). Mursi ha mantenido contactos con el primer ministro egipcio, Hisham Qandil, y los responsables de Interior y Defensa para seguir el desarrollo de la jornada. Además, en una rueda de prensa en el palacio presidencial de Quba, la Presidencia de Egipto ha destacado que «el dialogo es la única vía» para salir de la crisis que vive el país. De hecho, el portavoz de la Presidencia, Ihab Fahmi, ha afirmado que Mursi está dispuesto a dialogar, ya que esa «es la única vía de conseguir un acuerdo nacional» que permita superar las diferencias. «No hay ninguna medida que tomar aparte del dialogo. No hay otra alternativa para llegar a una reconciliación nacional verdadera», subrayó Fahmi. Varias formaciones lideran las protestas Las protestas de este domingo han sido convocadas por la campaña denominada «Tamarrud» (rebelión), compuesta por miembros de distintas formaciones opositoras, y que tenía el fin de recoger un número de firmas contra Mursi superior a los 13 millones de votos que el presidente recibió en las elecciones presidenciales. «Tamarrud» anunció ayer, en una rueda de prensa, haber conseguido más de 22 millones de firmas. Por su parte, los movimientos islamistas que apoyan a Mursi permanecen por tercer día consecutivo en la plaza Rabea Adauiya, en el barrio de Ciudad Naser, donde participan en una sentada indefinida para defender la legitimidad del presidente. Los manifestantes han cerrado todos los accesos a esta plaza y han desplegado a cientos de voluntarios en las zonas cercanas para registrar a los participantes en las protestas y evitar la infiltración de agresores entre ellos.