Operación: mariscada sostenible (y pescado asequible para consumidores responsables)

Ya lo decía el comandante Cousteau en sus famosos documentales para televisión: el mar es la despensa de la humanidad. Pero el ser humano, con sus enormes redes, los grandes barcos-factoría y las flotas piratas, se ha convertido ya también en el tiburón más mortífero de la historia.

El 80 % de los bancos de peces del mar Mediterráneo y casi la mitad de los del Océano Atlántico están ya sobreexplotados, según los datos de Naciones Unidas. Y buena parte de la culpa del agotamiento de los mares recae en el comportamiento de los consumidores.

Celia, una joven bióloga marina, guía una compra de pescado en el madrileño Mercado de San Miguel. "Hay que preguntarle siempre al pescadero para poder elegir lo que se haya capturado más cerca. En el caso de España, por ejemplo: la anchoa, la caballa, la sardina... Yo recomendaría también la merluza de pincho porque es mucho mejor que otra merluza, que normalmente será de arrastre" .

Para ayudar a consumir sólo el pescado o el marisco capturado de forma sostenible, la organización conservacionista internacional WWF ha publicado una guía, que cabe en un bolsillo y que es bastante práctica, porque cada especie tiene asociado un color: verde, amarillo o rojo.

Como en los semáforos, el rojo está reservado para las especies que no deben comprarse, bajo ningún concepto, porque están en peligro de extinción, como el mismísimo atún rojo, cuyas capturas se han disparado debido al éxito de sushi.

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José Luis García, el responsable de la iniciativa, explica que en la guía abundan los círculos rojos porque, si bien es cierto que "muchas pesquerías se están recuperando", también lo es que "muchas otras no tienen ningún tipo de control para evitar la sobrepesca o la pesca ilegal".

Esta guía para el consumo responsable de pescado y marisco también cuenta con el apoyo de los propios vendedores, como explica Pedro López, portavoz de la asociación que aglutina a los dueños de las pescaderías de toda la Comunidad de Madrid, una de las regiones europeas que, por cierto, consume más productos del mar. "Nos parece una iniciativa oportuna, conveniente y necesaria", confirma Perdo López, "porque, si un vendedor de pescado se encuentra dentro de 20 años con que no puede vender el 50 % de las especies que ahora comercializa, peligra también su sustento y la sostenibilidad de su propia familia".

La guía de pescado sostenible también puede consultarse por Internet y contiene datos sobre un centenar de especies de alto valor comercial que son capturadas en 400 pesquerías de todo el mundo. A partir de ahora ya no hay que ser el comandante Cousteau para poder comprar pesado de forma barata y ecológica.

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