Hung Fai: "Begoña es la más completa"
Analizamos la primera temporada de Top Chef con unos de los concursantes más emblemáticos: el chino afincado en Vizcaya Hung Fai Chui Chi
A pocas horas de que se emita la gran final de Top Chef, uno de sus concursantes más carismáticos, el chino residente en Vizcaya Hung Fai Chui Chi (Hong Kong, 1973), afirma que la valenciana Begoña Rodrigo es la más completa de los tres finalistas. Él ya sabe quién ganará el concurso pero no puede decirlo, por supuesto. 2013 ha sido un año de cambios para este chef experto en gastronomía asiática. Acaba de ser padre, lleva unos meses como jefe de cocina del Hotel Igeretxe y, desde hace algunas semanas, es famoso. Empezó a trabajar en el negocio familiar con 15 años, justo después de sacarse el Graduado Escolar. Luego ha pasado por restaurantes de Canarias, Baleares, Madrid o Andalucía, ha recorrido el lejano Oriente ("me falta Singapur") y ha trabajado junto a algunos "grandes maestros". Pero al preguntarle por una lección de vida importante no cita a Alberto Chicote ni a Ferran Adrià: "Si no tienes tan grande cabeza no te pongas tan grande sombrero. Mi abuelo lo decía constantemente".
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Esta noche sabremos quién es el primer Top Chef español... ¿Qué opinas de Antonio Arrabal?
Su cocina es muy actual, muy moderna. Le hemos visto usar nitrógeno líquido en muchas de las pruebas pero es que además lleva 10 años trabajando como jefe de cocina. Eso dice mucho de alguien: es constante, trabajador... ¡y una bellísima persona! La especialidad de Miguel Cobo, en cambio, es la cocina tradicional. Con las técnicas modernas va más justo pero me gusta mucho su franqueza. Es tal y como le vemos...
Además, estando tú fuera, Miguel es el guapo del programa...
¡No, no, no! [Risas] Los más guapos son Antonio Canales, Miguel Cobo y Javier Estévez. La imagen es importante. Comemos con los ojos...
¿No crees que Begoña Rodrigo parte como favorita?
Yo, desde el primer momento, aposté por Jesús Almagro y Antonio Canales. La gran sorpresa es que ninguno de los dos haya llegado a la final. Con Begoña no he tenido ocasión de cocinar demasiado pero, por lo visto en el programa, es la más completa. Conoce técnicas y las aplica sin dejar de hacer una cocina personal. El plato de la semifinal me pareció brutal.
Hace 20 años no era normal ver a un tipo de origen asiático hablando un español tan bueno como el tuyo. ¿Siempre has sido el diferente, en las cocinas?
Al principio no porque me he dedicado a la cocina asiática toda mi vida. El negocio familiar era de cocina cantonesa y todos éramos asiáticos. El hecho de haber venido a España con solo 10 años me ha abierto muchas puertas: el idioma, las amistades... Pero luego tuve la suerte de aprender al lado de dos grandes maestros, uno francés y otro japonés.
¿La especialidad del Hotel Igeretxe es la cocina cantonesa, entonces?
Hacemos una mezcla de cocina asiática. Platos tailandeses, vietnamitas, cantoneses... Pero el grueso de la carta son especialidades japonesas.
En España tendemos a englobar bajo la etiqueta 'cocina asiática' cosas que, en realidad, son muy diferentes. ¿Qué te parece?
Si yo llego a España y quiero comer paella o cocido, ya sé a dónde tengo que ir, pero si me voy a un restaurante español de Shanghái, habrá de todo: tortilla, salmorejo... Con la cocina asiática pasa algo parecido. Japón tiene restaurantes que solo sirven sushi o que solo venden ramen [sopa de fideos], y los hay especializados en la cocina teppanyaki [sobre plancha de acero]. Es normal que aquí haya restaurantes que mezclan todo.
¿Te ha cambiado la vida salir en Top Chef?
Ya había hecho un programa en Canal Cocina, Oriental y tal, y la verdad es que la repercusión no ha tenido nada que ver. ¡Se ha notado muchísimo! Pero bueno, sigo llevando una vida normal. No voy por la calle con gorro y gafas de sol...
¿Te han subido el sueldo, al menos?
¡Qué va! De hecho tengo a mi jefa al lado y dice que ni me lo ha subido ni me lo va a subir [risas]. Pero ahora tenemos el doble de clientes, eso sí. Algunos vienen para ver si el chino cocina tan mal como en la tele...
¿Saliste del programa demasiado pronto?
No, salí de forma justa. Ningún ser humano está exento de cometer errores y yo no estuve a la altura. Mi maestro japonés siempre decía lo mismo: "No sirve el no me he dado cuenta. No sirven las excusas. En la vida sola hay dos formas de hacer las cosas. Hay que hacerlas bien y punto".
¡Menudo repertorio de filosofía oriental tienes!
Pues estoy hablando sin guion [risas]... Son proverbios que he aprendido a lo largo de mi vida. ¡Que ya tengo 40 años!
¿Cuál es tu proverbio favorito?
El de mi abuelo: "Si no tienes tan grande cabeza no te pongas tan grande sombrero" [risas]. Lo decía constantemente. ¡Hay que ser humilde!
¿Sobre todo en las cocinas?
A lo largo de tu vida profesional descubres que los gustos son muy relativos. Agradar a todo el mundo es imposible. A algunos les gustará mucho lo que haces. A otros, no tanto.
¿Quién sabe más de cocina oriental: Chicote o tú?
Chicote es un gran profesional. No es un chico recién salido de la escuela. Es un señor que ha ganado dos veces el Premio a Mejor Cocinero del Año. Además ha viajado muchísimo y eso es importante porque, para educar el paladar, no basta con trabajar en una cocina. ¡Hay que hablar con mucha gente de muchos lugares, como cliente! Chicote tiene amplios conocimientos en cocina oriental...
No me has contestado, Hung-Fai.
¿Él o yo? Es muy relativo. Quizá mi técnica está más depurada en lo que a cocina japonesa tradicional se refiere pero Chicote tiene más conocimientos de cocina asiática en general y, además, es un maestro a la hora de fusionar. ¡En eso me da 1.000 vueltas!
¿Tú le conociste gracias a Pesadilla en la cocina, como nos pasó a la mayoría?
No, no. No sé si él se acordará, de hecho, pero cuando estaba de jefe de cocina en el restaurante Nodo, en Madrid, me hizo una entrevista de trabajo. La cosa no cuajó.
A David Muñoz tampoco se le da mal fusionar lo asiático y lo español...
No he podido ir a comer a Diverxo pero, por lo que leo, su trabajo me parece impresionante. Ahora será más complicado porque creo que no cuela a nadie. ¡He leído que ni a Julia Roberts!
¿En los restaurantes se vive tanta tensión y tanto mal rollo como hemos visto en Top Chef?
A veces, incluso más. Yo he vivido situaciones muy serias. Trabajamos bajo presión, rodeados de fuego y cuchillos. ¡Es complicado! Los cocineros están muy bien vistos, hoy en día, pero nadie nace siendo jefe de cocina. Me gustaría aclarar, de todas formas, que aunque por la tele se hayan visto discusiones, fuera nos llevamos todos genial. No somos ni héroes ni villanos...
Pues no te imagino de cañas con Bárbara...
¡Claro que sí! ¡Lo hemos hecho! No hay que olvidarse de que esto es un concurso. Yo no trabajaría con Barbara pero a mí, como persona, no me cae mal. Me cae bien.
¿Viste en casa el momento en el que Begoña le quitaba el aceite de oliva?
¡Sí! [risas] Fue una putada enorme. Pero lo supo resolver muy bien...
¿Qué lleva a un cocinero profesional a participar en Top Chef? ¿No tiene mucho que perder?
Es un arma de doble filo, claro. O te encumbra o te hunde. Pero yo creo que en la vida hay que asumir riesgos. Y hay un punto de ego, seguro.
¿Verás MasterChef Junior, la semana que viene, o ya estás un poco harto de los programas de cocina?
¡Lo veré, seguro! Me enganché a MasterChef y la versión Junior parece muy interesante. Son programas que te ayudan a desconectar.
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Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...