El Estado Islámico deporta a unas 150.000 personas en el este de Siria
La organización yihadista ha impuesto este castigo a los residentes antes de aceptar su "arrepentimiento" por haber luchado en su contra
El Estado Islámico (EI) ha deportado a unas 150.000 personas que vivían en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria, como castigo a su oposición a ese grupo radical, según informó este domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El Observatorio condenó la expulsión forzosa de los habitantes de distintas localidades ubicadas en el este de esa provincia, en una zona cerca de la frontera con Irak cuyo control completo cayó en manos del EI el pasado jueves.
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En las localidades de Josham y Tabia Yazira, el EI no ha permitido de regreso de unos 30.000 habitantes desde su expulsión el pasado 23 de junio. La organización yihadista ha impuesto este castigo a los residentes antes de aceptar su "arrepentimiento" por haber luchado en su contra.
En Josham, las negociaciones para la vuelta de los habitantes llevadas a cabo entre el Estado Islámico y los miembros del clan Al Oshitat fracasaron el pasado viernes, lo que llevó a estos últimos a irrumpir en la aldea, matar a tres radicales y quemar la casa de uno de sus combatientes que había jurado lealtad al EI. Tras el ataque, el grupo extremista reforzó sus controles en la localidad, apuntó el grupo de derechos humanos, con una amplia red de activistas en el terreno.
También el viernes, fueron deportados los habitantes de la localidad de Al Shoheil, un antiguo feudo del Frente al Nusra (filial de Al Qaeda en Siria) que alberga a más de 30.000 personas.
Después de que sus grupos armados y residentes juraran lealtad al Estado Islámico el pasado viernes, los extremistas impusieron tres requisitos para cumplir antes de permitir el retorno a sus hogares: arrepentirse de haber luchado contra el EI, entregar sus armas y permanecer fuera de la localidad diez días.
Los desplazados se han realojado en aldeas vecinas, mientras que algunos están viviendo a la intemperie en medio de difíciles circunstancias humanas por las altas temperaturas, la falta de alimentos y agua, y por la falta de ayuda, aseguró el Observatorio. En la localidad de Granish, además, se han producido manifestaciones de miembros de la tribu Al Oshitat rechazando la lealtad al EI y las condiciones que este grupo ha impuesto en la zona.
El Estado Islámico proclamó hace una semana la instauración de un califato islámico desde la provincia siria de Alepo (norte) a la iraquí de Diyala (este), tras sus últimas conquistas en Irak, incluida su segunda ciudad, Mosul.
Tras tomar el pasado viernes la localidad de Al Mayadín y el campo de petróleo de Al Omar, en Deir al Zur, el EI domina ya una zona en Siria equivalente a cinco veces la extensión del Líbano, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos