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CASO PUJOL

Pujol argumenta que siempre estuvo al margen de los negocios de sus hijos

El expresident sostiene que nunca quiso saber nada de las cuentas de la familia en Andorra que se llevaron siempre "con secretismo" y niega que su fortuna proceda de la venta de acciones de Banca Catalana. No la regularizó "por miedo" y admite no sentirse "orgulloso" por suplantar a su primogénito en la apertura de una cuenta en Andorra

Madrid

El expresident de la Generalitat, Jordi Pujol i Soley, ha insistido durante las más de tres horas en las que ha declarado como imputado por un delito de blanqueo ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, en la licitud de su fortuna. Con un guión bien escrito pero sin aportar documento alguno, según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio, ha reiterado la declaración que ya ofreció en enero de 2015 ante el juzgado número 31 de Barcelona y a grandes rasgos, en el Parlament de Catalunya, aunque, por el contrario que en la asamblea, su tono ha sido incluso "beatífico y colaborativo", sin reprimir a los asistentes. Aquí había un juez con poder para adoptar medidas coercitivas.

Jordi Pujol i Soley ha insistido en que el origen de su fortuna es la herencia de su padre Florenci. Pero no ha aportado documentación alguna que lo pruebe. Ha contestado con un seco "no", según las mismas fuentes, cuando el fiscal le ha pedido que aporte el impuesto de sucesiones.

El expresident ha sido preguntado entonces por las razones de no regularizar esa supuesta herencia ante el fisco español, y ha respondido que adoptaron esa decisión "por miedo". Tanto de su padre, que temía por la senda política que había emprendido, como por él mismo en aquella época y también más tarde. No ha sido preciso en los motivos de su temor, recuerdan otras fuentes del caso. Simplemente, añaden, ha contestado con evasivas.

El fiscal, que como el juez, no cree la explicación del legado, ha intentado vincular la aparición de la fortuna con el supuesto pago recibido por el paquete de acciones de Banca Catalana, de que disponía Jordi Pujol i Soley en 1982 como miembro de su consejo ejecutivo. Unas acciones que el expresident dijo haber donado entonces a la Fundación Catalana. El imputado, de nuevo ha contestado con otro brusco "no", sin dar más explicaciones.

Al margen de los negocios familiares

Jordi Pujol i Soley ha negado que tuviera conocimiento alguno de los negocios familiares, con lo que implícitamente, ha rechazado que supiera algo sobre el supuesto cobro de comisiones de contratistas con la Generalitat por parte de sus hijos, y por supuesto, conocimiento alguno de que el clan familiar conformase una suerte de organización criminal para el blanqueo, como defienden los investigadores.

Jordi Pujol i Soley ha manifestado que sabía que tenían cuentas en Andorra, pero nunca mostró interés en conocer su contenido ni movimientos. Era un tema que se "llevaba con secretismo" en la familia.

Accedió al engaño para facilitar la reconciliación de Junior

El expresident ha negado haber tenido nunca cuentas en el extranjero, y ha ofrecido su explicación respecto a que apareciera como titular de la cuenta de la Banca Reig de Andorra en el año 2000, con un total de 1.8 millones de euros. Sostiene que en aquella época su primogénito y su entonces mujer, Mercè Gironés, intentaban la reconciliación. Ella afeó a Junior que tuviera cuentas ocultas en Andorra y le exigió conocer todos sus fondos para regresar con él. Fue entonces, según el expresident, cuando su hijo Jordi le pidió figurar como titular de aquella cuenta, con el objetivo de evitar el acceso de Gironés a todos sus fondos, ante un posible y futuro divorcio. El expresident accedió al engaño para facilitar la reconciliación, y ha dicho no sentirse "muy orgulloso" de aquello.

Jordi Pujol i Soley ha vuelto a negar "al menos mientras" fue president, que la empresa Hidroplan de su esposa, Marta Ferrusola, obtuviera adjudicaciones públicas de la Generalitat o que la acompañara a la apertura de cuentas corrientes en Andorra. Marta Ferrusola, por su parte, también ha mostrado una actitud suave y un perfil bajo, según los asistentes, aunque en su caso se ha negado a declarar.

Tanto Jordi Pujol i Soley como Marta Ferrusola han quedado en libertad sin medidas cautelares. En el caso del expresident, explican fuentes jurídicas, debido a sus 86 años de edad y a que tampoco han sido solicitadas en anteriores interrogatorios del caso. Ambos, eso sí, continúan imputados por blanqueo de capitales. Este jueves comparecerá el primogénito Jordi Pujol Ferrusola, quien declara también en calidad de investigado a petición propia.

La defensa de Pujol, por su parte, ha destacado que el expresident no ha sido interrogado por ninguna conexión de los fondos ocultos de la familia con su gestión pública como president de la Generalitat. A juicio de la defensa, "nada hay que ensombrezca su posición procesal y la figura del President Pujol."

 
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