Pedro Sánchez tiene "ganas, voluntad y fuerza" para volver a ser líder del PSOE
El ya exdiputado acusa a la gestora de empujarle a abandonar el escaño y dejarle así sin "recursos y plataformas" para luchar por la secretaría general del partido en las próximas primarias
Asegura que, si quiere ser alternativa de Gobierno, el Partido Socialista debe "mirar de tú a tú y trabajar codo con codo" con Podemos
Madrid
Pedro Sánchez tiene "ganas, voluntad y fuerza" para volver a ser líder del PSOE, para lo que dice estar "más preparado que hace tres años". Quiere presentarse a las primarias que elegirán al nuevo líder socialista, aunque antes sondeará a la militancia para comprobar "si hay agua en la piscina", si su candidatura concita apoyos entre las bases, según ha explicado en una entrevista en La Sexta el ex secretario general socialista y ahora también exdiputado.
"A partir del lunes, cojo mi coche y recorreré todos los rincones de este país para escuchar a los que no han sido escuchados, los militantes", aseguró en la comparecencia en la que anunció que dejaba su escaño. Sánchez tomó la decisión para no abstenerse en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy ni desobedecer el mandato del Comité Federal de permitir gobernar al líder popular.
Pedro Sánchez reconoce que le ha sorprendido que haya dirigentes del PSOE que no le hayan escrito ningún mensaje después de su dimisión como secretario general y como diputado. Sí ha recibido comunicaciones, en cambio, de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Alberto Ruiz-Gallardón. Además, califica de "decepción personal" que Antonio Hernando continúe como portavoz del Grupo Socialista en el Congreso: "Me decepcionó defendiendo la abstención. Participó conmigo diseñando la estrategia del no es no y por eso me tocó personalmente".
"La gestora quería ponerme ante una situación imposible"
Según el exlíder socialista, con la decisión de impedir una abstención técnica de únicamente 11 diputados del PSOE (los estrictamente necesarios para que Rajoy fuera investido con mayoría simple), la comisión gestora que gobierna el partido desde principios de octubre buscaba ponerle "ante una situación imposible": no podía facilitar un gobierno del PP e ir así en contra de la máxima que ha atravesado toda su etapa como secretario general del PSOE ni tampoco desobedecer el mandato del máximo órgano del partido entre congresos.
Por ello, Sánchez cree que el verdadero objetivo de la dirección transitoria socialista comandada por Javier Fernández ha sido despojarle de "cualquier tipo de recursos y plataformas" para que el ahora exdiputado pueda concurrir de nuevo a unas primarias y hacerse otra vez con el liderazgo del PSOE.
El ex secretario general socialista pide a la gestora "que reflexione" porque, recuerda, su mandato "es celebrar un congreso" que sirva para "restañar los afectos" con la militancia y los votantes. Sánchez ha dejado claro, además, que no comparte "el modelo de partido" de algunos de los miembros del actual órgano rector del PSOE, como por ejemplo el papel que debe jugar en la organización la "democracia participativa", la consulta a la militancia.
Si Susana Díaz quiere liderar el partido, tiene que presentarse al próximo congreso
Si Susana Díaz quiere dirigir el PSOE, "que parece", debería presentarse al próximo congreso del partido, ha dicho Pedro Sánchez. Tiene "la responsabilidad y la obligación de dar un paso al frente y presentarse", ha enfatizado. El ex secretario general ha añadido que el futuro y el rumbo de la formación no pueden depender de "la agenda personal" de sus dirigentes, en clara alusión a la líder de los socialistas andaluces.
Sánchez ha pedido a Díaz "una reflexión" porque, a su juicio, el PSOE andaluz debe ser "un factor estabilizador" del partido a nivel nacional. Ha puesto como ejemplo la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en el congreso del partido del año 2000 y ha recordado que entonces la federación andaluza cerró filas con el nuevo secretario general, a pesar de que durante el proceso interno apoyó abiertamente a su rival, José Bono. El ya exdiputado ha revelado que ofreció a la presidenta andaluza ser presidenta del PSOE en ese cónclave, pero que ésta lo rechazó.
A juicio de Pedro Sánchez, eso no ha ocurrido durante su mandato, y ha recordado que menos de dos meses después de ser elegido líder del PSOE Díaz aseguró en una entrevista: "Pedro Sánchez tiene una estrategia y yo tengo otra".
El PSOE debe trabajar "codo con codo" con Podemos
Para el ex secretario general del PSOE, si quiere ser alternativa de Gobierno el partido tiene que "mirar de tú a tú y trabajar codo con codo" con el partido de Pablo Iglesias. "Me equivoqué al tachar a Podemos de populista", ha lamentado.
Pedro Sánchez ha reconocido que no supo ver el "movimiento", sobre todo de gente joven, que hay detrás de la formación morada, y ha reclamado para el PSOE ese "impulso transformador y renovador".
El exlíder socialista cree que debe haber "menos reproches y más colaboración" entre ambos partidos.
Dudas sobre abstenerse o no
Pedro Sánchez ha desvelado que después de las elecciones generales de junio tuvo dudas sobre la posición que tenía que adoptar el PSOE ante un eventual debate de investidura de Mariano Rajoy y ha explicado que tomó una decisión después de que el líder popular le avisara en una conversación de que, además de ser investido, necesitaba contar con los socialistas para gobernar.
El exsecretario general socialista ha explicado que optó entonces por el célebre no es no y preservar así el "carácter independiente" del PSOE frente a "algo inédito, un entendimiento entre las fuerzas políticas antagónicas en la vida política española", la llamada Gran Coalición.
Para Sánchez, fue "un error" haber firmado un acuerdo de investidura solo con Ciudadanos en febrero de 2016, y no con Podemos. Además, asegura que durante las negociaciones de principios de año "todo el mundo" buscaba en realidad una repetición de las elecciones: Podemos contaba con "engullir a Ciudadanos" y consumar el sorpasso al PSOE; el PP era consciente de que con 123 diputados no podía investir a Rajoy y gobernar; y a la formación de Albert Rivera "las encuestas no le iban tan mal".
"No engañé a Felipe González"
Pedro Sánchez afirma que no le dijo a Felipe González que el PSOE se abstendría en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy. El expresidente aseguró en una entrevista en la Cadena SER que el ya ex secretario general socialista le aseguró tres días después de perder las elecciones generales del 26 de junio "que el partido pasaba a la oposición, que no intentaría ningún gobierno alternativo y que votaría contra la investidura del Gobierno del PP, pero que en segunda votación pasarían a la abstención para no impedir la formación de gobierno". Sánchez dice que la conversación no se produjo "en los términos que él [González] dijo".
"Mi compromiso político no lo asumo frente a felipe gonzález en una conversación", ha añadido el dimitido líder del PSOE.
Sánchez ha lamentado él, como otros "muchos militantes", no se reconoce "en el Felipe González de 2016", aunque sí "en el del 82".
Los poderes económicos han intentado influir en el PSOE a través de los medios
Según el ex secretario general del PSOE, su salida de la dirección culmina un proceso en el que los poderes económicos han intentado influir en las decisiones del partido a través de medios de comunicación críticos con su gestión controlados por ellos mismos.
"España necesita medios de comunicación más plurales y más críticos", ha añadido.
España, una nación de naciones
A juicio de Pedro Sánchez, la única salida al desafío soberanista en Cataluña pasa por la votación de una reforma constitucional que reconozca la plurinacionalidad de España. El ya exdiputado socialista, que ha afirmado que tanto Euskadi y Cataluña son naciones, se ha mostrado convencido de que el PSOE debe negociar con los nacionalistas vascos y catalanes el mejor encaje posible de ambos territorios en esa reforma plurinacional de la Carta Magna.
"Una de las principales lecciones" que ha "sacado en estos casi tres años" como máximo responsable del Partido Socialista ha sido "comprender la naturaleza del país", ha dicho.
Ha reconocido que "hubo conversaciones" con fuerzas independentistas para intentar recabar su apoyo a su investidura, a pesar de que el Comité Federal del PSOE le impidió expresamente pactos con cualquier fuerza política que defendiera la secesión (los partidos nacionalistas) o el derecho de autodeterminación (Podemos). Precisamente, ha reconocido que fue un "error" aceptar esa condición impuesta por los barones del partido antes del cónclave socialista. "Hablar hay que hablar con todos, la cuestión es de qué se habla", ha justificado el ex secretario general del PSOE, que ha asegurado que nunca habló de un posible referéndum en esos encuentros.
Eso sí, Sánchez ha querido diferenciar "dos etapas". Según ha dicho, después de las elecciones de junio los soberanistas catalanes eran más proclives a "encontrar vías" de entendimiento que en la primera legislatura, cuando se mostraron mucho más firmes en sus posiciones. Después del 26-J, ha dicho, hubo "muchas más posibilidades para facilitar un gobierno alternativo del PP".
"Vergüenza" por el Comité Federal del 1 de octubre
Pedro Sánchez ha dicho que siente "vergüenza" por el caótico Comité Federal del pasado 1 de octubre, que terminó con su dimisión. El hasta ese día secretario general del PSOE, que ha recordado que el 41% de los miembros del máximo órgano del partido entre congresos votó en contra de la abstención, ha criticado tanto las formas como el fondo de lo sucedido ese día en la sede de la madrileña calle Ferraz.
Sobre el episodio que precipitó su caída —la improvisada colocación de una urna detrás de una cortina para que los asistentes a la reunión votaran no o abstención—, Sánchez ha argumentado que los críticos cuestionaron el voto secreto de los miembros del Comité Federal. A su juicio, no se tenía que haber producido tal "desgarro" en las filas socialistas.
Preguntado por los paralelismos entre su caída y la destitución de Tomás Gómez al frente del PSM, Pedro Sánchez ha asegurado que esa fue "la decisión más dura" que tomó al frente del PSOE. La ha justificado porque por primera vez "desde hace mucho tiempo" la dirección del partido en Madrid está ahora "alineada" con la estrategia marcada a nivel federal.