Gastro | Ocio y cultura

Carme Ruscalleda anuncia el cierre de Sant Pau, su restaurante 'tres estrellas'

El establecimiento cerrará sus puertas el próximo 27 de octubre, 30 años después de su apertura

Fotografía de archivo de la chef Carme Ruscalleda, durante su participación en uno de los talleres de alta cocina organizada en el marco del Salón Alimentaria. / Andreu Dalmau (EFE)

Barcelona

El restaurante Sant Pau de la chef Carme Ruscalleda, con tres estrellas Michelin, cerrará el próximo 27 de octubre, 30 años después de su apertura. Así lo han comunicado la propia Carme Ruscalleda y su marido, Toni Balam, que aclaran que el cierre del Sant Pau, ubicado en Sant Pol de Mar (Barcelona) no significa que se jubilen, sino que van a "reinventar" sus compromisos profesionales y a "darle más recorrido, contenido y futuro" a su departamento Cocina Estudio.

"No quería cerrarlo con poca fuerza y con poca ilusión", ha declarado Ruscalleda a Radio Barcelona. "Quería terminar una historia de éxito y ese éxito te da la libertad de reinventar el futuro. Como dice la canción de Sabina, me despido pero me quedo. Seguiremos creando platos nuevos y seguiremos colaborando con colegios".

En este sentido, recuerdan que en 2017 ampliaron el compromiso profesional con el hotel Mandarin Oriental de Barcelona, donde su hijo Raül Balam regenta el restaurante Moments, con dos estrellas Michelin, y les motiva "la complejidad de organizar la gastronomía de un hotel que trabaja por y para la excelencia".

Ruscalleda también abrió en 2004, de la mano del empresario Yuji Shimoyama, el restaurante Sant Pau de Tokio, que alcanzó las dos estrellas Michelin. En sus platos, de hecho, confluyen la tradición y la proximidad —con guisantes del Maresme, solo en temporada—, el acercamiento a la Barcelona más cosmpolita y también influencias de su amada cocina japonesa.

Pero aunque Carme Ruscalleda es, con 66 años y siete estrellas Michelin, la cocinera más laureada del mundo, siempre ha reivindicado un puesto entre los todos chefs, sin hacer distinción entre hombres y mujeres. Por coherencia, de hecho, renunció al título de Mejor Cocinera del Mundo que quiso entregarle 50 Best.

El cierre del restaurante Sant Pau supone todo un acontecimiento para la cocina catalana —es su tres estrellas más antiguo— y para la gastronomía española en general porque Ruscalleda, referente para toda una generación de cocineros y cocineras, es una figura clave para entender la evolución de las últimas décadas.

En una entrevista concedida al programa Hora 25 el pasado mes de enero, Carme Ruscalleda reflionaba sobre su trayectoria: "Mi meta era poder mantener un equipo humano especializado para que el restaurante fuese una orquesta que sonaba afinada. Los primeros años era como el camarote de los hemanos Marx, pero ahora disfruto viendo a ese equipo tan joven que funciona como el engranaje de un reloj".

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Carme Ruscalleda y Toni Balam recuerdan que el restaurante Sant Pau de Sant Pol de Mar se abrió en julio de 1988 como evolución del delicatesen en el que habían convertido su tienda familiar y fue el resultado de "la suma de la fuerza de dos emprendedores, de la complicidad familiar, del magnetismo inspirador de la cultura culinaria local y del staff profesional que nos acompaña".

"Tras decidir cruzar la calle en 1988, desde la tienda al Sant Pau, hemos recorrido un camino excitante y estimulante, un viaje profesional con unas maletas cargadas de compromiso, trabajo, honestidad, creatividad, ingenio e ilusión. Sentimientos personales y profesionales que continúan acompañándonos", explican.

Ambos se muestran "felices al observar la creatividad de nuestro hijo Raül Balam", desde 2009 al frente del restaurante Moments, en el hotel Mandarin Oriental, y recuerdan que en 2017 ampliaron su compromiso con el establecimiento para asumir la totalidad de su servicio gastronómico.

Criada en una casa de payés y curtida en la tocinería de sus padres, Carme Ruscalleda se fue convirtiendo, poco a poco, en una chef perfeccionista e hiperactiva. En el imprescindible recetario La magia de la cocina, publicado a finales de 2017 con lustraciones de Pilarín Bayés, incluía esta declaración de principios: "Cocinar es una profesión fantástica que continúa motivándome cada día, pero cocinar en casa, de manera particular, es realmente un acto de amor hacia nosotros mismos y hacia aquellos con los que compartimos familiaridad o amistad".

Carme Ruscalleda y Toni Balam aseguran que no quieren "cortar el cordón umbilical" que les une a la cocina y a la gastronomía y que prueba de ello es su colaboración este verano en el Restaurante Odyssey de Joël Robuchon, en el Hotel Metropole de Montecarlo, durante los meses de julio y agosto para el servicio de cenas.

El local donde se ubica actualmente el Sant Pau será traspasado a su hija Mercè Balam, que lo convertirá en un bar, aunque seguirán utilizando la parte de la cocina para seguir investigando en nuevas propuestas gastronómicas, en lo que denominan el departamento Cocina Estudio.

 
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