Sánchez admite ahora que la exhumación de Franco podría retrasarse a enero
El Gobierno anunció el 24 de agosto que el proceso de exhumación del dictador acabaría a final de año, pero los movimientos de la familia Franco y el propio proceso administrativo hacen que ahora el presidente abra la puerta a que se retrase
Madrid
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha admitido este miércoles que su compromiso de exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos podría retrasarse a enero, en función de lo que dure el "procedimiento administrativo" establecido para ello. En una conversación informal con periodistas en el Congreso, el 27 de julio, Sánchez afirmó que se preveía que la exhumación de los restos de Franco se produjera en el mes de julio. Hace dos meses, el día que el Consejo de Ministros aprobó el decreto ley para proceder a la exhumación, el Ejecutivo calculó que, con los plazos de tiempo establecidos por el real decreto, la tarea se realizaría antes de "final de año". Ahora, Sánchez abre la puerta a que se retrase, aunque destaca que "lo que es evidente es que se va a proceder a la exhumación del dictador". "En 2019, por fin, después de 41 años no va a haber ningún mausoleo que homenajee en nuestro país al dictador”, dijo el presidente.
Este miércoles, en rueda de prensa, el jefe del Ejecutivo ha intentado desligar el proceso administrativo, del que el jueves en el Consejo de Ministros dará uno de los últimos pasos, del trámite en el Congreso de la reforma de la Ley de Memoria. "No tienen nada que ver con la voluntad" de sacar los restos de Franco, dijo, pero resulta que la reforma la quiere usar el Gobierno para que los restos reposen en un lugar privado y donde no pueda ser homenajeado. "Le puedo garantizar que la voluntad del Gobierno, y ya me conocen, es determinada, se va a producir la exhumación del dictador", aseveró el presidente del Gobierno, quién hizo hincapié en que quieren que el proceso sea "lo más garantista posible".
El retraso se debe en parte a la complicación que supone sobre todo la inhumación de los restos del dictador. La familia Franco quiere enterrarlo en la cripta de la catedral de La Almudena de Madrid pero el Ejecutivo se niega porque la catedral es un lugar público de culto. Mientras, el Vaticano no se moja sobre dónde debe ser inhumado Franco después de sacarlo del Valle de los Caídos.