¿Deberían recibir la segunda dosis los que se han vacunado saltándose el protocolo de Sanidad?
"Poner una segunda dosis en un momento de escasez de vacunas es quitarle la primera dosis a una persona vulnerable que puede tener complicaciones y morir si se contagia", explica Amos García, presidente de la Asociación Española de Vacunología
Madrid
Ximo Puig lo tiene claro. "Ninguna de esas personas que han recibido la vacuna de una manera improcedente debería recibir la segunda dosis", opina el presidente de la Comunidad Valenciana. Distinto piensa Fernando Simón que cree que sería un error cometer dos fallos seguidos: vacunar a una persona en detrimento de otros y no administrarles la segunda dosis. La realidad es que son necesarias ambos viales para conseguir la inmunidad adecuada frente al coronavirus. El debate ético y moral está sobre la mesa.
El portavoz de Sanidad recordó la pasada tarde que el margen para inocular la segunda dosis es amplio: de 21 a 42 días. Es el tiempo que hay para tomar una decisión.
En la Asociación Española de Vacunología no se ha abierto el debate, pero su presidente Amós García es contundente: "Las personas que han recibido la vacuna sin que les correspondiera no forman parte de grupos de riesgo por lo que ponerles una segunda dosis en un momento de escasez de vacunas es quitarle la primera dosis a una persona vulnerable que puede tener complicaciones y morir si se contagia".
Con la primera dosis, la persona consigue una inmunización del 50%; es decir, que queda parcialmente protegida. "Entiendo que si no se pone la segunda no se ha completado la vacunación, pero me preocupa más que se deje sin poner a personas que lo necesitan, que no se protegan a los grupos de riesgo", explica Amos García que insiste en la necesidad de ser muy cuidadosos en el proceso.
"En una situación de escasez como la actual nunca sobran dosis"
Es el argumento más utilizado por los que se han vacunado sin tocarles: que sobraban dosis o que si no se utilizaban había que tirarlas. Excusas que esconden una mala gestión. "En una situación de escasez de suministro de vacunas como la actual nunca sobran dosis. ¿Cómo van a sobrar? Tienen que ir a las personas que lo necesitan. Tienes que saber el número de dosis que tienes y a quien van a ir. Si te fallan debes de tener una lista alternativa. Y no abras el vial en ese momento si ves que va a sobrar algo. Espera al día siguiente para hacerlo si es necesario", explica.
"La responsabilidad política debe ser un acicate de ejemplaridad. No puede ser como ha pasado que dos alcaldes vayan a una residencia de ancianos a vacunarse. Me duele profundamente porque han hecho que se dejen de poner a una persona mayor de 80 años que lo necesita", afirma.
Un escándalo tras otro
La cascada de políticos, alcalde y otros cargos que se han aprovechado de su posición para saltarse los protocolos de Sanidad es incesante. El más conocido es el del consejero de Murcia, Manuel Villegas, que ha dimitido tras su vacunación improcedente junto a altos cargos de su departamento. Argumentó que creía que entraba en el protocolo ministerial. El PSOE mantiene una denuncia ante la Fiscalía para que investigue la vacunación contra la COVID de 400 personas. El escándalo también ha alcanzado a la alcaldesa socialista de Molina del Segura (Murcia), Esther Clavero que no ha dimitido, aunque ha aclarado que aceptará "cualquier decisión" de su partido. Alegó que fue vacunada por prescripción médica al ser una paciente oncológica y con una alta exposición social.
En Ceuta, el presidente no destituirá al consejero de Sanidad, Javier Guerrero, al entender que su decisión de vacunarse no ha sido "ni arbitraria ni discrecional".
"Yo no quería vacunarme, a mí no me gustan las vacunas, pero mis técnicos me dijeron que si no me vacunaba yo ellos tampoco lo harían, sobre todo pensando en mi vulnerabilidad por mi diabetes y tensión", explicó el consejero.
La justificación de que hay dosis sobrantes
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A los pocos días de comenzar la campaña de vacunación comenzó la picaresca. Uno de los primeros casos conocidos fue el del concejal de Sanidad de Orihuela (Alicante), José Galiano, del PP, que recibió fuera de turno la vacuna, según sus palabras, porque "había un sobrante de dos o tres dosis que se iban a desechar".
También en la provincia de Alicante, el PP ha pedido la dimisión de los alcaldes de El Verger y Els Poblets, Ximo Coll y Carolina Vives, ambos del PSPV-PSOE, que se vacunaron alegando que había sobrantes de unidades en sus centros de salud.
Hay múltiples ejemplos. El acalde socialista de Valverde del Fresno (Cáceres), Amalio Robledo (PSOE), recibió la primera dosis de la vacuna el pasado 11 de enero por ocupar el cargo de director de los pisos tutelados. En Galicia, el Servicio Gallego de Salud ha admitido "errores" ya que hasta 17 personas han sido vacunadas en Pontevedra a pesar de que no cumplían los criterios fijados.
Varias dimisiones
La concejala de Salud y Bienestar Social del Ayuntamiento de Bonares (Huelva), Rocío Galán (PSOE) ha dimitido después de que el pasado miércoles los directores gerentes de los hospitales de Basurto y Santa María, en Bilbao, Eduardo Maiz y José Luis Sebas, también dimitieran por haberse vacunado antes de lo que marca el protocolo.
Ambos habían sido concejales del PNV en el Ayuntamiento de Bilbao y enviaron un correo interno a los trabajadores en los que pedían perdón si "en algo" se habían equivocado. Veremos si tras los escándalos del último mes la situación se mantiene o los políticos toman nota y asumen su responsabilidad de ser ejemplares.
Maika Ávila
Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...