La cumbre del clima de Glasgow termina con otro acuerdo de mínimos
Los países desarrollados se comprometen a duplicar su ayuda económica a las naciones más pobres
Madrid
Por primera vez, los países desarrollados se comprometen a duplicar su ayuda económica a las naciones más pobres y se incluye también, como novedad, la reducción progresiva del consumo del carbón, pero sólo el más contaminante.
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Además, el acuerdo pide también la reducción de las subvenciones públicas a los combustibles fósiles, pero solo las que los gobiernos consideren "ineficientes". Estas dos últimas "trampas" han descafeinado un acuerdo que podría haber sido mucho más ambicioso
El nuevo acuerdo de Glasgow también invita a los países a reforzar sus compromisos de reducción de emisiones para que la temperatura de la Tierra no suba más de dos grados centígrados, el límite máximo considerado peligroso por los informes científicos de la ONU.
Sin embargo, el texto aprobado vuelve a retrasar la adopción de nuevos recortes en las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero, porque se vuelve a dar un plazo de un año más para que los gobiernos presenten sus nuevos compromisos que, además, son voluntarios.
A pesar de estas limitaciones, la mayoría de los países, liderados por Estados Unidos, han apoyado aprobar este tercer borrador de acuerdo presentado hoy por la presidencia del Reino Unido en la cumbre del clima de Glasgow, aunque algunas delegaciones (sobre todo, las de las naciones más vulnerables al cambio climático) han reconocido que hay aspectos que no les gustan.
En cambio, India ha protestado por la inclusión del carbón, y ha conseguido que el acuerdo diluyera aún más el fin del carbón al lograr que se sustituyera la palabra “eliminación gradual” por la mucho más suave “reducción gradual”.
India ha liderado a un bloque de países entre los que también están China, Irán y Sudáfrica, que se han apuesto a tomar más medidas con respecto al carbón.
La presidencia británica ha aceptado el cambio de última hora exigido por la India en el último minuto y, finalmente, el acuerdo ha sido aprobado por unanimidad, como exige la ONU para este tipo de conferencias internacionales.
Para el presidente de la COP26, el ministro británico Alok Sharma, este acuerdo es "equilibrado", aunque reconoce que "no todos los aspectos serán bienvenidos por todos".
Más dinero
Además, el acuerdo de Glasgow pide un mayor esfuerzo también para poner en marcha el fondo de 100.000 millones de dólares anuales que los países desarrollados prometieron enviar hace 12 años a las naciones más vulnerables para que pudiesen pagar los elevados daños que provoca ya el cambio climático.
Se trata de “una deuda histórica que hay que pagar”, como ha defendido en Glasgow Floren Marcellesi, delegado de los partidos verdes en esta cumbre.
El texto reconoce también que limitar el calentamiento global a 1,5 °C requiere medidas "rápidas, profundas y reducciones sostenidas en un 45 por ciento para 2030" pero no impone nuevas obligaciones a los países más contaminantes, como China o Estados Unidos, porque solo “invita a las partes a considerar nuevas medidas para reducir para 2030 sus emisiones de gases con efecto invernadero, incluido el metano”.
Eso sí, en el punto 23, reconoce “que esto requiere una acción acelerada en este decenio crítico, sobre el base del mejor conocimiento científico disponible”, y el único avance en reducción es que se pide a los países que anuncien sus nuevos planes nacionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para finales del 2022.
Combustibles fósiles
Según los propios datos de la ONU, estas subvenciones de dinero público alcanzan los 420.000 millones de dólares anuales. Y esto son 11 millones de dólares cada minuto de ayudas públicas que reciben el carbón, el petróleo y el gas.
Pero aquí no hay cambios gracias a la presión de países productores como Arabia Saudí, Rusia y Australia, porque el acuerdo final solo pide que se aceleren los “esfuerzos hacia la eliminación del carbón “en línea” (es decir, aquel que no dispone aún de una tecnología para recuperar parte de sus emisiones de dióxido de carbono) y los subsidios “ineficientes” a los combustibles fósiles.
Acuerdos previos
Y todo ello, a pesar de que la semana pasada en la cumbre del Glasgow, más de 40 países se comprometieron a reducir su consumo de carbón, pero a este nuevo pacto no se han adherido los mayores productores y consumidores del mundo, como China, Estados Unidos, Polonia o Australia.
Además, el pasado miércoles, una decena de naciones (liderados por Dinamarca, Suecia, Irlanda, Francia y Costa Rica) lanzaron también una Alianza para reducir el consumo del petróleo y gas y detener la concesión de nuevas licencias de exploración.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...