La corrupción en el Vaticano
A mí este tipo de ambiciones me caen un poco lejos, pero si eres un cura de la iglesia católica no hay nada más grande que llegar a papa. Es como ser futbolista y conseguir el Balón de Oro: es la prueba de que el sacrificio ha valido la pena. Algo así debió pensar el 27 de agosto de 1978 el cardenal Albino Luciani, que pasó a ser conocido como Juan Pablo I
27/08/2019 - 04:09
Victor Lloret Blackburn
España