Carrascosilla, pueblo deshabitado de Cuenca: la aldea de los millonarios
Esta pedanía de Huete es ya un despoblado pero llegó a tener veinte casas, horno, fragua, escuela, iglesia y cementerio
Carrascosilla, pueblo deshabitado de Cuenca: la aldea de los millonarios
Cuenca
En Hoy por Hoy Cuenca hemos conocido la historia reciente de Carrascosilla, pedanía de Huete, hoy despoblado. Otro más de los que encontramos en la provincia de Cuenca.
Ya visitamos en su día Villalbilla, en Villar de Domingo García; Villas Viejas, también en Huete; Hortizuela, en Villar de Olalla; Olmedilla de Arcas en Valdetórtola, El Cañizar, Valdecabrillas, en Fuentenava de Jábaga; Valtablao de Beteta y Cabrejas.
Para conocer cómo era Carrascosilla, hoy sin vecinos y prácticamente en ruinas, hemos charlado con Eliseo Saiz que fue uno de sus últimos habitantes. Nació en 1941 y con 21 años se fue al Servicio Militar. Al volver, allá por 1963, ya se quedó en Huete, a donde ya se habían trasladado sus padres. Así se quedó vacía otra casa de Carrascosilla, que tenía unas veinte, además de iglesia, horno para cocer pan, fragua para apuntar las rejas del arado, escuela y cementerio en el que, hoy en día, sobresale alguna cruz entre la maleza y se vislumbran fechas en las lápidas de hace cien años.
La nostalgia
“Vuelvo con frecuencia”, nos dice Eliseo. “Me da pena. Me da pena. Recuerdo que veníamos del campo de coger aceituna y, al asomar la cuesta desde la que ya se ve el pueblo, veíamos a las mozas de servicio que había en las casas más pudientes y que salían a ver cómo llegábamos los mozos. Era una vida muy buena. Teníamos trabajo, pero era una vida muy sana. Las puertas estaban siempre abiertas”.
Eliseo estuvo hace unos días en Carrascosilla y fue con su nieto. “Estuve un rato con él parado en el pueblo, le expliqué la cosas de donde yo nací y la vida que hemos llevado”.
¿Cómo era Carrascosilla?
Sobre sus primeros recuerdos, Eliseo dice que, “cuando yo aún vivía allí, ya había algunas casas en ruinas. Ahora solo quedan tres casas en pie, conservadas. Lo demás se dejó abandonado”.
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Carrascosilla llegó a tener luz eléctrica. “Llegaba una línea desde Villalba del Rey”, recuerda Eliseo, “pero agua corriente no llegó a haber. La recogíamos en aljibes en las casas cuando llovía y los tejados estaban limpios. Todo el año bebíamos de ahí. En verano nos faltaba agua y la traíamos de un pozo en el campo, pero también se dejó abandonar”.
Pero la falta de agua corriente “no fue la razón del abandono del pueblo”, dice Eliseo, “fue más por la mecanización de la agricultura. Un tío mío fue el que compró el primer tractor del pueblo. Luego compró otro mi padre cuando estaba yo en la mili”.
¿Por qué se abandonó?
Otro de los problemas que hacían difícil la vida en Carrascosilla era el mal estado del camino de acceso. “Una tía mía se puso de parto y la llevaron con un carro, con una galera, hasta la carretera que está a más de cinco kilómetros porque no podía subir ningún coche al pueblo”.
“Al médico había que recogerlo en mulas en la carretera y al cura había que ir a buscarlo hasta Saceda del Río”, recuerda Eliseo. “Yo era un chaval y me mandaba mi padre con la mula a por él para que viniera a decir misa”.
La aldea de los millonarios
A Carrascosilla se la conoce como la aldea de los millonarios. “Sí”, confirma Eliseo. “Eso es porque había dos familias que funcionaban bien. Una era la nuestra. Nosotros somos la familia Saiz. Y otra familia, los Soleras. Marchaban bien. El terreno que había en el pueblo era de esas dos familias. Luego se partió y ahora quedan fincas más pequeñas”.
Las fiestas de Carrascosilla eran para San Roque, el 16 de agosto. “Iba un acordeonista y lo celebrábamos aunque estábamos en plena campaña de la trilla”.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy...