El juez del caso Nadia reclama que le entreguen el pasaporte de la pequeña

Organyà

El magistrado de instrucción número 1 de La Seu d'Urgell ha requerido a la Fiscalía si es necesario solicitar la adopción de medidas civiles en relación a la pequeña Nadia. Según han explicado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, se trata de medidas de protección de la pequeña para saber si está bien cuidada y si recibe los tratamientos que requiere su enfermedad.

El juez también ha pedido que le entreguen el pasaporte de Nadia para evitar que salga del Estado si el forense requiere su presencia para comprobar el grado de gravedad de su enfermedad. De momento, el juez que lleva este caso aún no ha recibido ninguna documentación de la requerida sobre los diagnósticos y tratamientos médicos que ha recibido ya los que se han dedicado supuestamente los miles de euros que se han recaudado para curar la niña.

Lo que sí ha habido es declaraciones de la madre, Margarita Garau, en el programa 'Espejo Público' de Antena 3 donde ha dicho que confía con su marido, Fernando Blanco, relacionado años atrás en un caso de estafa. "No ha quedado nada" de lo recaudado por Nadia, dijo la madre, quien ha reconocido que se equivocaron "en exagerar la historia e ir a especialistas que hacen cosas experimentales y no pedir los papeles".

La madre de Nadia ha insistido en que quieren devolver el dinero a aquellos que se puedan sentir engañados pero para poder hacerlo es necesario que antes se desbloqueen las cuentas por parte del juzgado de la Seu, que decidió bloquearlos el lunes pasado.

El alcalde de Organyà, Celestí Vilà, en declaraciones a Ràdio Lleida ha afirmado este miércoles que no tiene constancia de gente del pueblo que le haya reclamado nada todavía a la familia de Nadia. "Ni oficialmente me han comunicado nada". La razón de esta no reacción del pueblo: "Estamos expectantes a ver qué pasa. Son muchos años colaborando, haciendo todo tipo de actos para recaudar fondos para la niña". Y ahora son todavía muchos los que no pueden creer que su solidaridad era por una causa, como mínimo, exagerada.