Los "Pimientos amor de madre" de la concejala de turismo de Santander

Santander

La concejala de turismo de Santander, Miriam Diaz Herrera, ha sido esta semana nuestra invitada en ‘Jugando a las cocinitas con…’ Así que hemos podido analizar qué efecto tiene la gastronomía en la atracción de visitantes a la capital de Cantabria.

Si echamos un vistazo el panorama actual, la gastronomía se posiciona como un apreciado recurso turístico. Casi un 10% de los viajeros dicen que en la comida encuentran su principal motivación a la hora de elegir un destino. Con esa premisa viajaba a Japón hace unas semanas para participar en el Congreso del Club de las Bahías más hermosas del mundo. “Los japoneses ya conocen España y sus grandes ciudades, ahora hay que presentarles destinos como Santander y Cantabria que tienen muchos alicientes y muy cerca para que nos visiten” nos ha contado Díaz.

Apasionada del buen comer, nos ha traído una receta que aprendió de su suegra y que llama “Pimientos amor de madre”, unos pimientos rellenos de bacalao que, reconoce, hace más a menudo su marido, Juan, que ella, a quien el día a día no la permite “ponerse el delantal”.

Con Miriam Diaz, nacida el 9 de febrero de 1981 y licenciada en Ciencias de la Información, en la especialidad de Periodismo, por la Universidad del País Vasco, hablamos durante el programa de gastronomía, turismo y política. Precisamente comenzamos la conversación recordando la sorpresa que supuso en 2015 su salto a la política desde el gabinete de prensa del Ayuntamiento de Santander. En la pasada legislatura, fue concejala de Cultura, responsabilidad a la que sumó el área de Turismo a partir de noviembre de 2016. Actualmente es concejala de Turismo, Comercio, Mercados y Relaciones Institucionales. Por ello, entre carcajadas admite que si “cuando dejas un medio de comunicación para trabajar en un gabinete de prensa pasas al otro lado, cuando entras en una lista electoral, te atrapa el lado oscuro”.

INGREDIENTES:

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250 gramos de bacalao desalado

Seis gambas medianas

Una cebolla y media

75 gramos de harina

Medio litro de leche

Un bote de pimientos asados enteros para rellenar

Un pimiento verde italiano pequeño

Cuatro cucharadas soperas de tomate frito

Un huevo

Más harina para rebozar

Nuez moscada

Perejil fresco

Aceite de oliva

Sal

ELABORACIÓN

Para empezar pochamos media cebolla y cuando esté transparente echamos el bacalao desmigado. Hacemos durante un par de minutos a fuego moderado-fuerte y añadimos al final las gambas troceadas. Este sofrito va a soltar mucha gelatina y no la queremos toda, así que cuando reservemos el sofrito desechamos el sobrante de gelatina salvo un poco, que nos va a venir bien para ligar la bechamel.

En esa misma sartén y añadiendo un poco más de aceite pochamos otra media cebolla y cuando esté hecha añadimos los 75 gramos de harina. Tostamos bien tostada la harina durante un par de minutos y añadimos después la leche templada. Vamos ligando para hacer una bechamel y cuando empiece a ligar sazonamos con sal, el perejil fresco picado y la nuez moscada. Después añadimos el bacalao con gambas y ligamos todavía más. Cuando esté hecha la bechamel, que tiene que quedar muy cremosa, reservamos.

Después tenemos que rellenar los pimientos con esta brandada y rebozarlos, pero lo curioso de esto es que al pasarlos por harina solo los pasamos por un lado y por la cabeza del pimiento, para sellar la bechamel y que no se salga. Después pasamos por huevo el pimiento entero y freímos. Una vez fritos los reservamos y vamos a hacer la salsa.

Cogemos como la mitad del aceite donde hemos frito los pimientos y lo pasamos a una cazuela, donde pocharemos la media cebolla que nos queda y el pimiento verde, cortados en trozos grandes. Cuando se hayan empezado a hacer, echamos una cucharada de harina y la tostamos. Una vez tostada, añadimos las cucharadas de tomate frito, un vaso de agua y si nos ha sobrado algún pimiento rojo, pues también.

Dejamos cocer a fuego medio durante un cuarto de hora y ya tenemos la salsa hecha.

La pasamos por el chino y se la añadimos a los pimientos rellenos. Que esa mezcla haga chup chup una media hora a fuego bajo y listos para comer.