La empleada de la EMT despedida afirma que la forma en la que hizo el envio de dinero es similar a la operativa habitual
Celia Zafra sostiene, en su declaración ante el juez, que su superiora, la directora de gestión María Rayón, tuvo forma de conocer algunos detalles de la operación
Valencia
La declaración ante el juez instructor de la jefa de administración de la EMT Celia Zafra, despedida fulminantemente por la dirección de la empresa nada más conocerse la estafa de cuatro millones de euros, confirma que la forma en la que se realizaron los pagos a China es similar a la empleada habitualmente. De hecho Zafra explica que en 2018 se cambió el modo de pago a proveedores: antes se realizaba giro domiciliado y desde ese año se pagaba por la transferencia bancaria.
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Aunque lo más significativa es que Zafra deja entrever que María Rayón, la directora de gestión y una de sus superioras, pudo conocer algún detalle de la operación, a pesar de que estaba de baja. En la declaración ante el juez que instruye el caso, y a la que ha tenido acceso la Cadena SER, la empleada despedida asegura que durante los 20 días en los que se desarrolló la estafa contactó varias veces con ella por Whatsapp para hablar de esta y de otras operaciones.
Es más, Zafra hace partícipe a Rayón de un hecho que apuntaba ya a que se trataba de una estafa, aunque ninguna de las dos presuntamente lo percibió. En concreto cuando el banco, el 9 de septiembre, con la segunda transferencia hecha a China, detecta que una de las firmas autorizadas no coincide con la que se plasma en la orden de pago, es decir, que se estaban falsificando. De hecho Zafra explica que advirtió a su jefa vía Whatsapp de que el banco había detectado esta irregularidad y que era necesario que Rayón se pasara por la oficina bancaria para firmar la orden de pago. La propia Rayón le contestó vía Whastsapp con un simple “ok”.
Eso sí, no es hasta el día 23 cuando ellas hablan personalmente por teléfono. La llamada se produce cuando ya se ha detectado la estafa, cuando en la empresa ya han saltado todas las alarmas. En esa conversación la directora de gestión le pregunta si ese dinero se envía a China para compra de los autobuses chinos que había anunciado la empresa.
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Una víctima más
En su declaración Zafra se presenta como una víctima más. Y aunque en su declaración califica como normal la forma de proceder con las transferencias, reconoce que en un momento se llegó a sentir “incómoda” por la forma de operar realizar las trasferencias y así se lo trasladó al estafador, que llegó a ofrecerle la posibilidad de hablar con el propio Grezzi para que se tranquilizara, una posibilidad a la que ella no accedió para no “molestar” al concejal.
En su defensa la empleada despedida asegura que comprobó que en Deloitte trabajaba un empleado apellidado Parada, que es la identidad que empleó el presunto estafador. También ha justificado que no hablara de la operación a sus superiores porque había firmado un acuerdo de confidencialidad al que le concedió “importancia”. Además no cuestionó la veracidad de las órdenes de pago presuntamente firmadas por María Rayón y el Gerente al entender que era una gestión que, por su relevancia, se hacía desde el despacho de Grezzi.