Las Yemas, embajadoras de Ávila
Este pequeño dulce se ha convertido en seña de identidad de la ciudad amurallada
Se empezaron a elaborar hace 160 años
Ávila
Son pequeñas, redondas, de color amarillo con azúcar glas espolvoreado encima. Cada una de ellas es un bocado exquisito que te obliga a cerrar los ojos y a poner los cinco sentidos en disfrutar de su sabor. Las yemas son únicas. Y son de Ávila.
La ciudad puede decir con orgullo que este maravilloso dulce se inventó aquí en 1.860. Fue en una pequeña confitería llamada 'La Flor de Castilla'. Su propietario creó esta delicadeza gastronómica con solo dos ingredientes, la yema de huevos muy frescos y azúcar, y al resultado lo llamó Yemas de Santa Teresa, en honor de la patrona de la ciudad. La receta ha ido pasando de padres a hijos y no ha variado a lo largo del tiempo.
En el último cuarto del siglo XX aquella pequeña pastelería se transformó en una empresa, 'Santa Teresa', y tomó un nuevo rumbo comercializando otros productos de alta calidad, cien por cien naturales, como membrillo, gazpacho, salsas o purés que venden dentro y fuera de España.
- INNOVACIÓN
Pero el corazón de esta empresa siguen siendo las yemas de las que hacen una producción muy limitada que venden en Ávila y en Madrid, para garantizar su frescura.
Isabel Lopez, directora general de 'Santa Teresa' dice que no es un producto de gran consumo, sino que lo que les interesa es que sea de gran calidad. "Cuando nos las piden para un sitio fuera siempre es una venta puntual y muy controlado. Es un producto sobresaliente, excepcional, con pocos días de vida útil puesto que, aunque no tenga problemas para conservarse durante varias semanas, no tendría la frescura que nos gusta", explica.
Otra tradición que mantienen es el formato en el que se venden, solo cajas de 12 unidades, "como una docena de huevos". Al año comercializan unas 46.000 cajas a un precio de 6'62 euros.
Yemas de Santa Teresa vs Yemas de Ávila
Hemos hablado de la trayectoria de la primera pastelería que elaboró yemas, pero desde entonces otras pastelerías de la ciudad han preparado este dulce Una de las más antigüas es Iselma.
En torno a 1940 la familia Muñoz Iselma abrió su primera pastelería, y comenzaron la producción de yemas que comercializaron con el nombre de Yemas de Ávila. Actualmente disponen de tres establecimientos abiertos en la capital abulense donde venden sus yemas, además de otros productos de confitería y pastelería. Las distribuyen tanto en estas tres tiendas como en otros establecimientos por toda la provincia.
Desde que comenzaron a producir yemas mantienen las misma receta, que varía ligeramente de la orginal ya que utilizan yema de huevo, azúcar y esencia de limón. Las Yemas de Ávila se comercializan en cajas de 8 unidades (4,50 €), 12 (5,80€) y 18 (8,50€) y su venta se incrementa en estas fechas navideñas. Su producción ronda los 35.000 kilos al año, según Benjamín Muñoz, uno de los herederos de la tradición familiar.
El redondeo de las yemas
Las yemas no son un postre navideño, aunque como muchos otros dulces se consume más en esta época del año. La fábrica de 'Santa Teresa' aprovecha además estas fechas especiales para acercarse a los niños. Organizan unos talleres para que aprendan cómo se fabrican las yemas y les enseñan a hacer el redondeo de la pasta que se forma con las yemas de huevo frescas y azúcar.