"Sales de casa con 20 euros y te sobra dinero": los tres bares a los que al chef Dani García le gusta ir con sus amigos

El chef Dani García se ha convertido, por méritos propios, en uno de los grandes referentes de la cocina española. Algo a lo que, además, ha llegado alejándose del camino trazado y, en ocasiones, tomando decisiones difíciles. La más sonada de todas, probablemente, fue la de cerrar un restaurante que acaba de conseguir su tercera estrella Michelin. «Nunca he conseguido entender por qué causó tanto impacto. Por mucho que lo hayas soñado siempre, ¡ya lo has cumplido!», explicaba en una entrevista concedida al programa La sartén por el mango. Pero su trayectoria está plagada de hechos insólitos. Algunos tan polémicos como que decidiera colaborar con McDonalds o que la Guía Michelin le concediera dos estrellas de golpe a Smoked Room (nadie en España lo había conseguido desde 1936). Claro que su proyección internacional tampoco es muy común: Londres, Doha, Nueva York... y, dentro de poco, también París. En total, incluyendo también los que tiene en Marbella, Ibiza y Madrid, ¡14 restaurantes! Lo malo de tener tantos negocios repartidos por el mundo es el tiempo que está lejos de casa. «Yo me lo paso genial en Tokio, pero echo de menos las coquinas y las gambitas», explica. «Al cuarto o quinto día necesito normalidad, algo occidental, y como no puedo comerme un mollete, me acabo comiendo una pizza». Es por eso que, al volver a Andalucía, le gusta ir a Los Marinos José (Fuengirola, Málaga), un sitio «brutal» que el chef marbellí define como «uno de los mejores del mundo, tanto por técnica como por producto». Su plato preferido, de hecho, es el de coquinas a la plancha: «Solo le echan agua... y el yodo explota. El resultado es increíble... ¡Me está entrando hambre!». Como dice Dani García, «el marisco cuesta pasta», así que en Los Marinos José te puedes gastar, «dependiendo de si comes gamba o comes langosta», un mínimo de 60 euros. En caso de pedir angulas o percebes, la cuenta superará siempre los 100. Pero el chef también frecuenta otros lugares mucho más asequibles. «En el centro de Marbella hay tres sitios que me apasionan», señala. «Me gusta mucho desayunar en el mercado. En un sitio que se llama Bar Fiesta, en el que hacen el mejor mollete de carne mechá que he visto en mi vida. ¡Lo pienso ahora y salivo!». Rubén Pérez Cano confirma que Dani García es «cliente habitual» del bar que abrieron sus padres hace ya 29 años, y detalla que la carne mechá la prepara como su madre, quizá añadiéndole «alguna hierba más». Pero el establecimiento, frecuentado también por críticos gastronómicos y por muchos otros cocineros ilustres de la zona, tiene una historia curiosa: la familia decidió volver de Alemania en 1971 y empezó probando suerte con un tablao flamenco (que también se llamaba Fiesta), para luego reconvertirse en cafetería y, finalmente, reubicarse en el Mercado Municipal. Consolidado ya como bar de desayunos y casa de comidas (abre de martes a sábado 8.00 a 16.00, y los lunes de 8.00 a 12.00), «el mejor mollete de carne mechá» del mundo, según Dani García, cuesta 2,30 (el pequeño) o 2,80 euros (el grande). Pero en la barra del Fiesta hay otras especialidades: desde el bocadillo de la casa —de carne mechá con tortilla y tomate— a los arroces, pasando por una variada oferta de tapas y ensaladas. «También cocinamos —a la plancha o hervido— cualquier producto que la gente compre en el mercado», señala Pérez Cano. «Pero la visita de la que me siento más orgulloso es de la de Juan Mari Arzak, hace cuatro o cinco años». Después de una primera parada en el Bar Fiesta, el chef marbellí propone acercarse a la Plaza de la Victoria, conocida popularmente como «la plaza de las ranas», para disfrutar de los mejores churros —que es como en el sur llaman a las porras— que ha probado jamás. «Son casi de alta cocina», asegura. «Crujientes por fuera, superaéreos por dentro... No son nada grasientos. ¡Me los como incluso estando a dieta!». Carlos Clavijo, tercera generación de la Churrería Marbella, explica que el negocio lleva ocho años en su actual emplazamiento, pero que en realidad existe desde 1941. «Lo importante es que la masa esté bien hecha, que el aceite esté bien calentito... y la forma de varillear», dice. «Es un churro que no engorda, o que engorda un poquito menos, porque es suave y no tiene mucho aceite». La ración, en este caso, cuesta 3 euros. Pero Dani García la disfruta a su manera: «Odio el chocolate con churros. ¡Eso debería desaparecer!», explica. «El chocolate me gusta, peor en este caso, molesta. La gente lo moja, yo no. ¡Yo lo mojo en azúcar!». El tercer destino de la ruta marbellí de Dani García es la Taberna La Niña del Pisto, donde sirven «las mejores berenjenas fritas y el mejor salmorejo que te puedes comer por ahí». El chef, de hecho, reconoce que él mismo imita su forma de cocinar las berenjenas «porque tienen un trucazo» (sumergirlas unos segundos en agua con gas) que les ayuda a conseguir que queden totalmente cremosas por dentro. «Cuando vienen amigos, periodistas o gente de fuera, hacemos esa ruta», explica el cocinero. «A veces me cuesta ir al centro por aquello de tener que aparcar. Pero lo hago porque me apasiona. Llevé al chef Daniel Humm, del Eleven Madisson Park de Nueva York, por ejemplo. Y si sales con 20 euros de casa, ¡te sobra dinero!».

"Sales de casa con 20 euros y te sobra dinero": los tres bares a los que al chef Dani García le gusta ir con sus amigos

El cocinero andaluz explica dónde hacen el mejor mollete de carne 'mechá' del mundo, cómo son los churros de alta cocina que come incluso estando a dieta y cuál es el bar al que le ha copiado el truco de las berenjenas fritas

Carlos G. Cano

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