El sorprendente motivo por el que solo en uno de cada cuatro hogares españoles no se tira comida a la basura
De la bolsa del súper, a la bolsa de la basura, pasando antes por la nevera: el obsceno recorrido de lo que compramos
Madrid
El despilfarro alimentario sigue siendo un gran problema. Según la FAO, un tercio de lo que se produce no llega a consumirse. En los hogares españoles, concretamente, se tiran cada año alrededor de 1.300 millones de kilos/litros de alimentos y bebidas, lo cual representa un 5% del total. "Normalmente se tira el producto tal y como lo hemos comprado", detallaba José Miguel Herrero, director general de la Industria Alimentaria, en Gastro SER.
Más información
De la bolsa del súper, a la bolsa de la basura, pasando antes por la nevera. Ese es el (obsceno) recorrido de buena parte de lo que compramos. Muchas veces, productos sin abrir que caducan en la nevera o en la despensa, y acaban en la basura: hortalizas frescas, conservas, platos precocinados... De media, algo menos de 30 kilos por persona al año. Unos tres frigoríficos llenos.
La mayor parte del despilfarro se da en los hogares (42%), pero en la hostelería (18%), el sector primario o la industria (5%) sigue habiendo margen de mejora. Lo peor, de todas formas, es que cuando tiramos todo eso a la basura, no solo tiramos comida. "También tiramos los recursos necesarios para producirla: energía, agua, mano de obra... Recursos que se utilizaron y que luego acaban desperdiciados", señala Herrero.
Alimentos con siete vidas
"También hay recetas que se cocinan, se conservan un día o dos y, por mala planificación o porque nos surge una comida fuera de casa con la que no contábamos, termina en la basura", apunta el director general de la Industria Alimentaria. "Por eso el congelador es un gran aliado que nos permite seguir alargando la vida de la comida. Pero hay que saber tenerlo bien organizados: por familias, por tamaños... Hay que gestionar bien la despensa para saber lo que tienes".
Gastro SER | Especial Gourmets Bajo Cero
50:58
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1681922605272/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Con el objetivo de reducir el despilfarro, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca lanzó hace dos años la campaña Aquí no se tira nada, a la que ahora le han añadido la coletilla "alimentos con siete vidas" para reivindicar algo que ya llevamos tiempo haciendo gracias a la sabiduría popular y ala tradición gastronómica. "Sabemos que un alimento puede aprovecharse varias veces. El ejempo clásico es el pan", señala Herrero.
La inflación está 'ayudando'
Según los datos del Informe del Desperdicio Alimentario en España 2021, el despilfarro se redujo un 8,6% respecto a 2020, por lo que la campaña parece estar funcionando. Pero director general de la Industria Alimentaria cree que el aumento del precio de los alimentos también está ayudando: "Como han subido mucho, al ciudadano le cuesta más tirarlo porque le atribuye un valor que antes no le atribuía".
La cocinera Noelia Gamero, autora de La cocina casera de Noelia, asegura que "una buena planificación no solo ayuda a evitar el desperdicio, sino que nos va a quitar mucho estrés en el día a día", por lo que ella ir al supermercado con la lista de la compra y organizar un buen calendario de comidas.
Más conciencia, pero menos cultura
El Informe del Ministerio de Agricultura, de todas formas, revela otro dato curioso: en el 26,1% de los hogares no se desperdicia nada. ¿Por qué? "Suelen ser hogares formados por personas más mayores que pasan más tiempo en casa y que, gracias a la tradición oral de las recetas, tienen un mayor conocimiento y una mayor cultura del aprovechamiento", señala Herrero. "La gente joven tiene mayor conciencia medioambiental, pero es más desconocedora de las recetas tradicionales".
Más allá de la buena voluntad, de todas formas, José Miguel Herrero asegura que el Gobierno está trabajando en "una ley sobre le desperdicio que afecta a todos los eslabones de la cadena" y que obliga a crear un plan de prevención de las pérdidas para analizar el proceso productivo y establecer medidas correctivas.
"La empresa que no lo haga tendrá una sanción, pero también establecemos una jerarquía de prioridades con el objetivo de fomentar la donación de excedentes a organizaciones de iniciativa social que trabajan con colectivos desfavorecidos, seguida del consumo animal, la transformación industrial y, si se convierten en residuos, también la revalorización como compost para fertilizantes o combustible", explica.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...