Las claves de un Barça campeón de Liga: fiabilidad defensiva, un Ter Stegen sublime y la rutina del 1-0

Tras cuatro años sin ganar LaLiga, el Fútbol Club Barcelona volvió a coronarse como el mejor equipo de la temporada regular de la 2022/23 a falta de cuatro partidos por disputarse. Los de Xavi Hernández comenzaron el curso tras un mercado de fichajes marcado por las 'palancas' y los problemas para inscribir a varios de los jugadores: Raphinha, Koundé, Lewandowski, Pablo Torre, Kessié, Christensen, Bellerín (que salió del club en invierno) y Marcos Alonso fueron los nuevos nombres que vistieron la camiseta del Barcelona, y a ellos se sumaron los canteranos Gavi y Balde que dieron un paso al frente siendo piezas fundamentales del esquema del técnico de Terrassa. La irrupción de éstos, sumado a un nivel inmejorable de Ter Stegen, Pedri, Araújo y De Jong hizo que el conjunto catalán fuese carburando poco a poco hasta agarrar un primer puesto que no soltó desde la jornada 12.

Sin embargo, no todo han sido sonrisas en Barcelona. La temporada quedó marcada por aparición del 'caso Negreira' que desveló la Cadena SER donde la entidad azulgrana había pagado 7,3 millones de euros al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, entre 2001 y 2018, por informes arbitrales y, según el propio Negreira, "por garantizar que se mantuviera la neutralidad en los arbitrajes". Una mancha enorme en la historia del conjunto catalán que ha sido defendida a capa y espada por su presidente Joan Laporta y censurada por todos los equipos de LaLiga. Su historia con la UEFA no fue mucho mejor, ya que, como ha hecho la Federación, han abierto una investigación que les puede dejar fuera de competiciones europeas en el caso de que salte una multa. A esta situación se suma la delicadeza económica en la que está sumergida la entidad culé.

En lo deportivo, el Barça cayó eliminado de Champions League en fase de grupos por segundo año consecutivo, y posteriormente de la Europa League apeado por el Manchester United, además del 0-4 de semifinales en el Clásico de Copa del Rey. Un mazazo que sirvió para que los de Xavi se centrarsen en una liga que sabe a "estamos de vuelta". El último golpe fue con la victoria en el Clásico del Camp Nou (sin olvidar la polémica) y el triunfo por la mínima contra el Atlético de Madrid de un ex, el renacido Griezmann. Un resultado, el 1-0, muy repetido en esta temporada y que le ha valido para, finalmente, levantar la 27ª.

La fiabilidad defensiva

El Barcelona encontró algo que llevaba años buscando. Desde la dupla Piqué-Puyol, el conjunto catalán no encontró una pareja de centrales de garantías, y a falta de tenerla en esta temporada, Xavi ha encontrado varias. Ronald Araújo se erigió como el líder de una zaga necesitada tras la imprevista retirada de Gerard Piqué. Junto a él, dos nombres que han terminado de resolver una ecuación hasta ahora indescriptible para el Barça: Koundé y Christensen. El francés, que vino para ser central, se vio relegado a la posición de lateral derecho muy cerca del uruguayo, mientras que el ex del Chelsea ocupó la posición de central zurdo junto a un Marcos Alonso que ha ido conjugando el lateral y el banquillo durante todo el año. Éstos, junto a un Balde que sentó a Jordi Alba, y un alto nivel de Ter Stegen, consiguieron que la cifra de goles recibidos sea de 13 goles.

Araújo fue el encargado de frenar a uno de los hombres más determinantes del fútbol mundial: Vinicius Júnior. Y es que Xavi Hernández ha sabido contemporizar a su defensa durante toda la temporada, por ejemplo, el uruguayo ocupaba el lateral contra el Madrid porque tenía tomada la medida al brasileño. Si bien, Bellerín no terminó de cuajar y acabó cogiendo rumbo al Sporting de Lisboa, el resto entró en una armonía que no se desestabilizó pese a las lesiones. Hemos visto a Balde jugar en las dos bandas, a Jordi Alba seguir siendo importante pese a contar con menos minutos de los esperados, y a Marcos Alonso cumpliendo cuando se le necesitaba. No obstante, dentro del 'paraíso' hay problemas y es que Eric García ha terminado por salir de esta ecuación, e incluso Koundé ha empezado a torcer el morro por no jugar en su posición.

El muro Ter Stegen

Y parte de la culpa de esa fiabilidad defensiva es de Marc-André ter Stegen. El guardameta alemán volvió a ser aquel que maravilló al Camp Nou en sus primeros cursos bajo los palos de la portería del Barcelona en 2014. El de Mönchengladbach se ha convertido en el líder del Barça de Xavi y lo será la próxima temporada, un año donde el mítico Barcelona de la década del tiki-taka se quedará sin sus capitanes tras la salida de Sergio Busquets, la retirada de Gerard Piqué y el probable adiós de Jordi Alba. "Le hacía ilusión convertirse en uno de los capitanes", aseguran a 'El País' fuentes del vestuario. E incluso aseguran que "se siente uno de los líderes, ayuda mucho a los jóvenes". "Le gusta el buen rollo. Habla con todos, especialmente con los defensas. Sobre todo, está muy pendiente de Eric García, Koundé y Christensen. Quiere fomentar la conversación, busca involucrar a todos en cómo hay que defender", desvelaron.

Todo ello ha terminado en convertirse en una pieza clave, incluso la más, de 27ª Liga del club. Ter Stegen se va a convertir en un Zamora para la historia. El alemán ha encajado menos de un gol cada 3 partidos, e incluso estuvo hasta 636 minutos sin recibir un tanto en casa al principio de la temporada. En total, son 13 goles son los que le han marcado en este curso, sólo dos de ellos los ha encajado en su feudo: uno en propia y otro de penalti. El récord de goles encajados en una única temporada es de 18 goles, conseguida por Jan Oblak en la temporada 15/16 y Paco Liaño, portero del Deportivo de la Coruña, durante la temporada 93/94. El portero germano está muy cerca de superar estas cifras si sigue manteniendo el nivel en estos cuatro partidos que quedan. Sus paradas y sus porterías a cero, un total de 26, han sido capitales.

Los canteranos pegan el golpe y Xavi como aislante del ruido

En el once inicial del Barcelona han entrado cuatro nombres que hasta hace dos temporadas eran inimaginables: Gavi, Balde, Pedri y Araújo. Del central ya hemos destacado que se ha convertido en el 'kaiser' de la zaga y Balde ha mandado al banquillo a Jordi Alba, Gavi se ha convertido en el guerrero del centro del campo junto a un Pedri que se ha instaurado como el creador de fútbol y parte de la columna vertebral del Barça de Xavi Hernández. El canario, que se perdió una fase importante de la temporada por lesión, fue clave en todas sus apariciones, pese a que su primera asistencia del año fue este domingo en la victoria contra el Espanyol. A su lado, un joven andaluz que ha sido el músculo de la medular azulgrana. Gavi se ha 'peleado' con rivales, ha marcado y ha luchado —hasta desde el suelo— como el que más en una temporada que pedía esa versión inaudita en las plantillas del Barcelona. Su irrupción ha hecho que Xavi tuviese que adaptar el sistema del 4-3-3 a incorporar un cuarto centrocampista que ha terminado por dar estabilidad tanto defensiva como ofensiva al equipo.

Xavi supo leer cada momento, incluso en los peores. El técnico aisló a sus jugadores cuando estalló el 'caso Negreira' y les dejó alejados de un ruido que ha mermado en la parcela institucional pero no en la deportiva, donde no se notó este bache histórico. Y la guinda fue Lewandowski. El polaco marcó el camino en una primera vuelta donde se convirtió en el ariete goleador que los azulgrana buscaban tras la salida de Luis Suárez y Messi. 21 goles en Liga son suyos, anotando 42 en todas las competiciones. El ex del Bayern acabó perdiendo fuese tras el Mundial, pero su buen hacer en las primeras jornadas permitió crear unos mimbres que fueron rematando un regular Raphinha, y las apariciones de Dembélé, Ferrán Torres y Ansu Fati.