Gastro | Ocio y cultura

El inesperado cierre de uno de los grandes templos de la tortilla

Se habla más aperturas que de jubilaciones, pero Madrid ha perdido a varios cocineros destacados en poco tiempo

La forma ovalada era uno de los rasgos distintivos que hacían especial a su tortilla. / TripAdvisor

Madrid

Siempre fue un restaurante respetado por el público, pero alejado de los premios, de las listas y de algunas guías gastronómicas. Por eso, incluso la noticia de su cierre ha pasado desapercibida para muchos.

El restaurante Támara Lorenzo, situado en el madrileño barrio de Retiro, en el centro del meollo gastronómico que vertebra la calle Ibiza, cerró sus puertas el pasado domingo, 7 de enero, por jubilación. Los que no pasan por ahí a diario se han enterado gracias al presidente de la Academia Madrileña de Gastronomía, Rogelio Enríquez, quien publicó un emotivo tuit de despedida.

"Ayer Lorenzo García y María Ángeles dieron su último servicio en Támara Casa Lorenzo. Se han ido sin apenas hacer ruido, pero su cierre supone una pérdida muy grande en una ciudad que se está decapitando demasiado rápido de algunos de sus más grandes cocineros", señalaba.

Regentado por el palentino Lorenzo García del Alba y por Mari Ángeles Griñó, el establecimiento había cambiado varias veces de local, pero manteniendo siempre un estilo gastronómico muy característico, con platos tradicionales con especial protagonismo para los escabeches, las verduras de temporada y los guisos de callos o legumbres.

Una tortilla muy especial

La gran especialidad de la casa, de todas formas, era la tortilla de patata, con el huevo muy poco cuajado, a la que además no le daba una forma redonda, como es habitual, sino ovalada, con una sartén que Lorenzo había heredado de su madre. Para muchos aficionados, estaba a la altura de otras tan icónicas de la ciudad como las de Casa Dani, La Ardosa, Txirimiri, Juana La Loca o Cañadío.

El cierre de Támara Lorenzo confirma la renovación (no necesariamente para bien) que, sin que se hable mucho de ello, está viviendo la hostelería de la ciudad. Tal y como el propio Rogelio Enríquez apunta en un artículo publicado por Siete Caníbales, son muchos los cocineros importantes que se han jubilado o apartado de la primera línea en los últimos meses.

Aunque ha acabado aguantando más de lo previsto, Abraham García acaba de cerrar Viridiana. Antes, en mayo, el restaurante Arce, de Iñaki Camba y Mayte Camarillo, también bajó la persiana (aunque Andrés Madrigal lo ha recuperado como Per Se Bistró). Y tanto Juanjo López (La Tasquita de Enfrente) como Paco Ron (Viavélez) le han pasado la batuta del negocio a miembros de su equipo.

"Corremos el riesgo de perder la autenticidad y la idiosincrasia de nuestra gastronomía", señala Enríquez en su artículo.

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