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Así es el restaurante Virens: alta cocina por 35 euros en pleno centro de Barcelona

El restaurante de Rodrigo de la Calle está considerado como uno de los mejores del mundo para comer verdura

Coliflor fiorina al wok con lentejas caviar al curry (Virens). / C. G. CANO

Barcelona

Si alguien cree que comer verdura es aburrido, está claro que no ha ido a Virens. La sede catalana del chef Rodrigo de la Calle abrió sus puertas en febrero de 2020 —¡qué momento!— y poco a poco se ha ido consolidando como una de las mejores opciones de la ciudad para comer platos saludables y sabrosos, especialmente con su Fórmula Medio Día, que incluye un entrante vegetal, un plato principal y un postre por 35 euros. No en vano, Virens ocupa el número 22 en la lista We're Smart de los mejores restaurantes de verdura del mundo.

En Barcelona hay menús del día mucho más baratos, claro, pero la oferta de Virens solo es comparable a otros grandes templos de la cocina verde, como Xavier Pellicer (Barcelona), Remigio (Tudela, Navarra), La Salita (València), Ricard Camarena (València), Gatblau (Barcelona) o El Invernadero, el restaurante del propio Rodrigo de la Calle en Madrid (y actual número 2 de la lista We're Smart).

Situado en el lujoso Hotel Almanac, en plena esquina de Gran Vía con Pau Clarís (la tractorada del pasado miércoles pasó justo por delante), Rodrigo de la Calle propone en Virens varios platos de autor que ejemplifican a la perfección su "revolución verde" porque, sin ser necesariamente veganos o vegetarianos, sí se basan al 90% en las legumbres, los cereales, las setas y los vegetales.

El cisne de la huerta

Con un excelente servicio de sala, pero sin los formalismos propios de un restaurante con estrella Michelin, en Virens se pueden compartir entrantes vegetales tan sabrosos como la coliflor fiorina al wok con lentejas caviar al curry (22), con un toque picante, o la excelente lasaña de pisto de coles de Bruselas con huevo poché y aire de romero (20). Platos que, alejándose de la cocción tradicional —con patata hervida y chorrito de aceite— consiguen convertir al patito feo de la huerta en un auténtico cisne.

Lasaña de pisto de coles de Bruselas con huevo poché y aire de romero (Virens).

Lasaña de pisto de coles de Bruselas con huevo poché y aire de romero (Virens). / C. G. CANO

El equipo de cocina también borda los ñoquis en salsa verde de hongos con alcachofas crujientes (22), el brócoli frito con calabaza asada y amaranto (18) o los salsifis —un primo hermano de la zanahoria— con setas del bosque y hummus de avellanas (20).

Guisantes y remolacha

Famoso por su imitadísimo tartar de remolacha, Rodrigo de la Calle propone en Virens un gazpacho de raíz de Beta Vulgaris con frutos rojos y coco helado (19). Pero no hay que dejar de probar el tatin de puerros con crema de crucíferas (18), que se mantiene en la carta del restaurante desde su apertura. O los guisantes del Maresme con untuoso de algas y maitakes crispy (28).

Guisantes del Maresme con untuoso de algas y maitakes crispy (Virens).

Guisantes del Maresme con untuoso de algas y maitakes crispy (Virens). / C. G. CANO

Una y otra vez, distintas combinaciones de texturas cremosas y crujientes, con un resultado sabroso, ligero y saludable. Un lugar ideal para veganos o vegetarianos (los platos están pensados para adaptarse fácilmente) y, al mismo tiempo, un parque de atracciones gastronómico en el que ningún omnívoro debería echar de menos la proteína animal que, en plena emergencia climática, seguimos consumiendo en exceso.

Arroz, carne y pescado

Aun con todo, la oferta de Virens también incluye platos fuertes con carne (carrilleras de cerdo ibérico, y pularda asada con setas y espinacas) o pescado (tacos de rape al wok, y corvina con aguacate asado y calabaza). Pero la gran especialidad de Rodrigo de la Calle son los arroces —Paella Power lleva años triunfando en el Mercado de San Miguel—, así que tampoco podían faltan en Barcelona: risotto de zanahoria (25), arroz meloso de gamba roja de Palamós (29), arroz negro con chipirones y trompetas de la muerte (28)...

'Rissotto' de zanahorias con algas crujientes y alioli de olivas negras (Virens).

'Rissotto' de zanahorias con algas crujientes y alioli de olivas negras (Virens). / C. G. CANO

Además de una buena oferta de vinos ecológicos y naturales, la oferta del restaurante también incluye bebidas fermentadas en casa (kombucha o hidromiel) que merece mucho la pena probar. Pero el chef lleva su apuesta por la gastrobotánica hasta las últimas consecuencias, y eso se traduce en postres (todos a 7 euros) como la crema catalana de calabaza, el pastel de manzana o el cremoso helado de boniato.

Menús degustación y 'showcooking'

Para quien probar varios platos, la mejor opción es ir en grupo y compartir (con ticket medio de 50 euros) u optar por algunos de los tres menús degustación, que van de los 60 a los 95 euros. Pero si alguien quiere todavía más, el chef viaja cada mes a Barcelona para ofrecer un showcooking en la cocina situada frente a la barra y cuenta con una estrella Michelin en El Invernadero, que es su base de operaciones.

Crema catalana de calabaza asada con cacao y chocolate (Virens).

Crema catalana de calabaza asada con cacao y chocolate (Virens). / C. G. CANO

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía...