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"Tomar algo es nuestro deporte nacional": las reflexiones letonas de Mercedes Cebrián

La escritora madrileña identifica rituales gastronómicos en su nuevo libro

Mercedes Cebrián: "Tomar algo es, sin duda, nuestro deporte nacional"

Madrid

El último libro de Mercedes Cebrián se llama Letonia hasta en la sopa (Col&Col) y el título no engaña porque, efectivamente, está ambientado en Letonia y aparecen muchas sopas. Pero, como sucede en muchos de sus textos, la historia oficial no importa tanto como el espejo en el que se reflejan nuestras costumbres relacionadas con la comida y la bebida. Es decir: gastronomía en mayúsculas.

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Al hablar de la última cafetería que ha abierto en Ventpils, por ejemplo, la escritora madrileña acaba elaborando una certera teoría sobre la idiosincrasia española: "Tomar algo es, sin duda, el deporte nacional en el que ganaríamos medallas olímpicas sin esfuerzo. Lo que más nos gusta de ir a tomar algo es que nos lo sirvan. Los propios camareros, en sus ratos libres, van a otros bares a ser servidos ellos también. Es un derecho humano que alguien alguna vez nos traiga a la mesa la comida y la bebida".

Letonia hasta en la sopa es la crónica literaria de su experiencia —personal y culinaria— en una residencia de escritores y traductores en una pequeña ciudad de un pequeño país tan lejano como desconocido. Una recopilación de anécdotas vividas en la cocina compartida, el supermercado del barrio o los restaurantes de la zona. Pero también mucho más que eso.

"Tienes que fingir"

En la entrevista concedida a Gastro SER, Mercedes Cebrián reflexiona sobre por qué fingimos cuando algo no nos gusta. "A quien cocina se le puede herir si no pones buena cara", dice. "Si algo no te gusta, tienes que fingir. Yo prefiero servirme muy poquito pero, si [quien ha cocinado] me ve ponerme tan poca cantidad, creerá que no confío".

Las terrazas de la Plaza del Obispo de Málaga, vistas desde la Catedral.

Las terrazas de la Plaza del Obispo de Málaga, vistas desde la Catedral. / John Keeble

Después de preguntarse sobre las texturas del futuro o sobre si hay platos de izquierdas y platos de derechas, la autora de Burp! Apuntes gastronómicos o Cocido y violonchelo asegura en su nueva obra que "un guiso contiene material biográfico de un país entero".

Gastro SER | Mercedes Cebrián hasta en la sopa

Cebrián sabe ve ingredientes que para la mayoría de la gente pasan desapercibidos, como el poder diplomático de una mesa compartida entre un bielorruso y un ucraniano que —debido a la guerra— se niega a hablar ruso, o la sensación de que algo sabe mejor si creemos que es "auténtico", como lepasó a ella en una casa de comidas letona llena de operarios con mono de trabajo.

De cañas por Madrid.

De cañas por Madrid. / Ruben Earth

Sostiene, por ejemplo, que "el desayuno es la comida más nacionalista del día porque, mientras que para comer o cenar no nos importa incorporar platos de otros países, por la mañana tienes unos hábitos y no suele gustar que te os cambien". Ella misma, por ejemplo, asegura que ante la primera comida del día parece una persona mucho más conservadora de lo que en realidad es.

¿Hay platos de izquierdas y platos de derechas?

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía...