¿Quién cocina cuando se casa un chef con estrellas Michelin?

Madrid

El chef Jordi Cruz, chef del restaurante Abac y jurado del programa MasterChef, se casa este sábado —tras seis años de relación— con la arquitecta y empresaria brasileña Rebecca Lima. Una boda que ha despertado mucha curiosidad y que, según han explicado ellos mismos, se celebrará en el Convent de Blanes, coincidiendo con el primer cumpleaños y el bautizo de su hijo Noah. Pero lo primero que eligieron, en este caso, no fue el sitio, sino quién se iba a ocupar de la comida.

Sin entrar en detalles acerca de los platos del banquete, el chef explicó en una entrevista concedida a la revista Hola! que han apostado por "un menú elegante, singular, factible y que esté muy rico", del que se va a encargar otro de los chefs más importantes (e hiperactivos) de Cataluña: Nandu Jubany. "He cocinado muchas bodas en mi vida y sé lo que funciona", explicaba el chef de Abac. "Creo que he elegido al mejor cocinero para este día".

Además de publicar muchas recetas en Instagram y de triunfar con los millones de croquetas y canelones que produce cada año, Nandu Jubany está al frente de varios restaurantes, entre los que destaca Can Jubany (Calldetenes, Barcelona), reconocido con una estrella Michelin, y también de una empresa de catering con mucha experiencia en bodas. En una entrevista al programa Tot És Comèdia, de hecho, desveló que uno de sus clientes había quedado tan satisfecho que, después de divorciarse de sus dos primeras mujeres, al casarse por tercera vez volvió a contratarle. "Me dijo que el problema no era yo", bromeó.

Desde 131 euros por persona

Aunque lo único que ha trascendido de la boda de Jordi Cruz es que no va a faltar la caipirinha, la web de Jubany Events ofrece muchos detalles sobre los menús disponibles en el Convent de Blanes (desde 131 euros por persona, con un mínimo de 120 invitados). Desde aperitivos como la bomba de sepia o el brioche de chilli crab, hasta postres como el lemon pie con sorbete de limón, pasando por platos como la coca de roast-beef o el "cochinillo sin trabajo", y bufés opcionales de sushi, jamón ibérico o arroz seco de espardeñas.

A la boda también asistirán los jurados Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera, pero más allá de una (desconocida) lista de invitados que puede estar muy cargada de celebrities, también habrá otra cara conocida del programa de TVE desempeñando un papel muy destacado, porque el encargado de oficiar el enlace será uno de los participantes de MasterChef 11: el dominico venezolano Fray Marcos.

Sea como sea, Jordi Cruz no es el primer chef que pasa por el altar, ni tampoco el primero al que le toca cocinar en "el día más feliz" de un colega de profesión, así que, coincidiendo la boda de este sábado, algunos de los chefs más importantes de España han compartido sus mejores anécdotas de gastronomía casamentera.

El momento 'tierra trágame' de Jordi Roca

El cocinero vasco Eneko Atxa, chef de Azurmendi y responsable del menú en una de las bodas más mediáticas de los últimos años, la de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, también ha cocinado ya en la boda de "bastantes chefs" y asegura que "siempre es un orgullo de la leche alguien de la profesión confíe en ti para un día tan especial". Pero, según cuenta, "no es una presión añadida", sino más bien "un regalo que te hacen".

A Eneko Atxa también le gusta disfrutar desde el otro lado: "Igual los vascos somos un poco exagerados y lo prolongamos todo, pero me gusta mucho todo y me divierte el tercer tiempo: la música, el baile... ¡Me lo paso muy bien!". Pero, ¿y el día de su propia boda? El chef de Azurmendi decidió confiar en su propio equipo. Lo mismo que Jordi Roca, que se casó en el espacio de eventos del Celler de Can Roca: "Cocinó parte del equipo que luego se unió a la fiesta", explica a Gastro SER.

Su mejor anécdota relacionada con un bodorrio, sin embargo, la vivió como falso invitado. Tal y como explicó en el programa Martínez y Hermanos, otro cocinero le dijo que le haría mucha ilusión que estuviera ahí el día de su boda... y Jordi Roca interpretó que le quería como invitado, cuando en realidad le quería trabajando. "Mi mujer fue a la peluquería el día de antes y se puso un vestido rojo precioso. Lo raro es que no nos había llegado ninguna invitación... y acabé haciendo los postres, claro".

Del falso solomillo al jamón ibérico con sabor a barniz

Las bodas suelen convertirse en una colección de pequeños momentos maravillosos, pero a veces también suceden cosas inesperadas (y no necesariamente buenas). La chef valenciana Vicky Sevilla (Arrels, Sagunt), que en 2021 se convirtió en la más joven de España con estrella Michelin, lo sabe por experiencia: "Estoy divorciada y no acerté con la celebración de la boda. Igual fue una premonición que me vendieran solomillo de ternera y luego me pusieran solomillo de cerdo".

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Si se volviera a casar, según dice, "recurriría a alguien con bagaje, como Ricard Camarena, que es uno de los mejores cocineros de València". Una figura que, en la Comunitat, representa algo parecido a lo que Francis Paniego (Portal del Echaurren) supone para el sector hostelero riojano: "Una de las cosas más bonitas que recuerdo es haber podido cocinar en una boda mano a mano con mi madre. ¡Eso fue muy bonito!", explica. Pero, más allá de confesar que en los banquetes suele acabar cantando canciones de José Luis Perales, no recuerda ninguna anécdota especialmente graciosa.

De su propia boda, sin embargo, sí recuerda una lección de cocina que nunca podrá olvidar. "Me casé muy jovencito, hace 30 años, y fueron mi madre y mi suegra quienes asumieron el reto de organizarlo todo", recuerda. "En el Parador de Santo Domingo pusieron el jamón en tablas de madera y habían tenido la brillante idea de darles antes una capita de barniz, así que, como lo colocaron con mucha antelación, ¡sabía a barniz! Eso fue una mala idea pero, por lo demás, resultó una boda preciosa y estupenda".

De la quinta gama a lo más gourmet

La cocinera María Gómez y el jefe de sala y sumiller Adrián De Marcos, del restaurante Magoga (Cartagena), distinguido con una estrella Michelin, se conocieron en San Sebastián y decidieron casarse allí mismo, en la catedral del Buen Pastor, para luego celebrar el convite ("todo genial") en el Hotel María Cristina. Pero explica que ha acudido como invitada a alguna boda en la que, además de servirles "comida de quinta gama de mala calidad", el servicio también estaba mal organizado y la bebida no llegaba nunca. "Cuando te dedicas a esto, lo pasas mal", explica. "A veces, al verlo, me pongo nerviosa y le digo a Adrián que me voy a meter a ayudar"...

Marta Maestre, de la empresa de catering Isabel Maestre (fundada por su madre, pionera del sector), también tiene mucha experiencia organizando bodas, incluidas las de muchos profesionales destacados del sector y también las de su propia familia. "Hemos hecho las de mi hermana —que se ha casado dos veces—, la mía y las de unos cuantos primos. En total, unas 20", asegura.

La cocinera ecuatoriana Caro Sánchez, casada con el también chef Iñaki Munua, con quien regenta el restaurante Ikaro de Logroño, asegura que la única boda para la que ha cocinado ha sido... ¡para la suya! "Había mucha presión porque, más allá del hecho de casarte, los invitados tenían muchas expectativas con el menú. Pero bueno, salió todo bien y la gente se fue muy contenta".

Sánchez y Munua se casaron dos veces, en realidad: una en Ecuador (donde ella es muy famosa porque aparece en su MasterChef) y otra en España, que es en la que cocinaron junto a su equipo. "Es difícil decir dónde comimos mejor, pero en las dos había elementos españoles y ecuatorianos. La gente nos sigue comentando que ha sido una de las mejores a la que han asistido".