Dudas de la vuelta al (comedor del) cole: bocadillo, ¿sí o no?

Madrid

El gran tema de la semana, en los hogares en los que hay niños, al menos, está siendo la vuelta al cole. Pero, una vez superado el fatídico momento de la separación o la ilusión por el reencuentro con los compañeritos, toca volver a fijarse en la alimentación.

Los centros educativos suelen facilitar una copia del menú escolar para que los padres puedan planificar las cenas basándose en lo que ya han comido sus hijos. Pero ese menú también le brinda a las familias preocupadas por el tema la oportunidad de comprobar si la el menú es variado, equilibrado y, en definitiva, saludable.

"Los menús escolares han mejorado bastante", explica la nutricionista Naila Martínez (My Nutritionist), especializada en alimentación infantil. "Ahora suele haber menos fritos, precocinados o carne procesada, y más fruta, legumbres y pescados. Pero habría que aumentar la variedad de verduras y hortalizas, ofrecer legumbres y pescado azul con más frecuencia, incluir raciones más abundantes y reemplazar la fritura por cocciones al horno, al vapor o en forma de guiso".

Cuenta atrás para la nueva norma

Ante la epidemia de sobrepeso infantil (que afecta a la mitad de los niños de entre 6 y 9 años), el Gobierno aprobó hace cinco meses un Real Decreto que impone ciertas reglas saludables: frutas y hortalizas a diario, pasta integral una vez a la semana, frituras y precocinados —como máximo— una vez al mes...

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Pero el Real Decreto no entra en vigor hasta abril de 2026. "Las empresas y los coles se están preparando", señala Martínez. "Pero los cambios no son fáciles y todavía no se notan demasiado. Ha servido, eso sí, para poner foco sobre el tema. Ahora las familias y las asociaciones preguntan mucho más por los menús".

Pero Naila Martínez asegura que el nivel de los menús escolares es desigual. Mientras que Cataluña lleva años introduciendo cambios y ya cuenta con uno de los mejores, Aragón, por ejemplo, ha dado pasos hacia atrás y en sus menús hay más carne de la que había.

Para detectar qué tan saludable es un menú escolar, de todas formas, Naila Martínez recomienda fijarse en cuatro elementos:

1. La variedad de las verduras y hortalizas (incluyendo propuestas en crudo).
2. La variedad en las técnicas de cocción (que no todo sea frito o empanado).
3. El uso recurrente de la fruta como postre (los yogures y los helados no deberían formar parte de la oferta habitual).
4. Que la frecuencia en el consumo de carne roja y procesada (una vez a la semana cada una) no supere las recomendaciones; y que haya suficiente pescado azul y huevo (una vez a la semana), así como legumbres (una o dos).

Bocadillo: ¿sí o no?

Otro asunto a tener en cuenta es el bocadillo. ¿Todos los niños han de comerse uno en el recreo y otro de merienda, al salir del cole? "Depende de la edad, del hambre real y de la actividad física", responde Naila Martínez.

"Si desayunan bien, quizá necesiten una fruta pequeña en el recreo... ¡o nada! Sobre todo si entre el recreo de media mañana y la comida no pasa mucho tiempo porque eso puede generar un rechazo alimentario, y no porque nos les guste, sino porque no tienen hambre".

Si no desayunan mucho en casa o hacen mucho ejercicio físico y, además, no hay problemas a mediodía, en cambio, "el bocadillo puede ser una buena opción". Eso sí, recurriendo siempre a rellenos saludables, como el queso, el hummus, el aguacate, el fiambre de pavo (con alto contenido de pavo) o el atún", según Martínez.

De cara a la merienda, la lógica es parecida. "Si el niño o la niña no se mueve mucho, con algo de fruta o frutos secos puede ser suficiente", explica. Eso sí, "lo ideal es que pueda merendar en un entorno calmado porque la puerta del cole suele ser un sitio de prisas y distracciones. Que meriende tranquilo y, luego, ¡a jugar!".

EP