El derecho a defenderse

Madrid

¿Por qué afirman el presidente y el primer ministro francés que están en guerra como consecuencia de los atentados de París? ¿Es solo una manera de expresarse, de reforzar su firme decisión de combatir al grupo terrorista Daesh, o implica que se consideran autorizados a usar todos los instrumentos habilitados por los Estados cuando entran en guerra con otro Estado? Porque es evidente que Francia no se encuentra en guerra con ningún país concreto, sino contra un movimiento terrorista que se mueve en territorios muy diversos, incluido el propio territorio francés. ¿Necesita Francia los instrumentos de una guerra convencional para derrotar a Daesh, el impulsor de los terribles atentados del viernes? Los instrumentos convencionales para librar una guerra implican, por definición, graves daños contra poblaciones que no son responsables de esa guerra. Nadie libra una guerra que no provoque centenares de muertos inocentes.

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Por supuesto que Francia ha sido atacada y que, según el derecho internacional, tiene todo el derecho del mundo a defenderse. Nadie lo discute. Los integrantes de ese movimiento terrorista deben ser perseguidos sin descanso y enfrentados con armas si esgrimen armas. Por supuesto. Es lógico que Francia quiera llegar hasta los lugares donde se refugian y que crea que la única manera de hacerlo es con sus fuerzas armadas. Todo eso es cierto. Pero hasta ahora alegó el derecho a la legítima defensa y no necesitó declararse en guerra. ¿Qué añade esa declaración? Ojalá no sea el tristísimo presagio del abandono de la política europea de asilo o de otros cientos de muertos, calificados en esta ocasión de víctimas colaterales.