Y los AntiOscar de la política son para...

La política tiene mucho de ficción y este fin de semana nos ha dejado un buen puñado de imágenes y frases pensadas para entusiasmarnos, pero que nunca llegarán a la alfombra roja.

Se merece un AntiOscar, a la peor puesta en escena, esa extraña caravana que llevó a Inés Arrimadas frente a la casa de Puigdemont en Waterloo: 10 minutos que querían ser trepidantes y que fueron un anticlimax. La puerta abierta que nadie cruzó tenía más fuerza simbólica. Por cierto: AntiOscar a la peor réplica, a aquellos que para criticar a Arrimadas tienen que exudar machismo por todos los poros.

Otro AntiOscar, al peor mensplaining (ya saben: cuando algunos hombres se empeñan en explicarnos cosas que las mujeres ya sabemos). Se lo lleva Pablo Casado por decir “creo que es bueno que las mujeres sepan lo que llevan dentro cuando están embarazadas". Ya sabemos que quiere derogar la actual ley del aborto, y es bueno que sea tan transparente, pero no hace falta que trate a la mitad del público como si fuéramos idiotas.

Y por último, AntiOscar a los peores secundarios: el grupo de indepes que al grito de ‘fascistas’ intentaron impedir el homenaje del presidente Sánchez a Machado, Azaña y los republicanos exiliados en los terribles campos de concentración del sur de Francia. Hay que estar muy confundidos para intentar robar así el protagonismo que merece su memoria.