'The painted bird', la película checa contra el racismo de la Europa actual

Venecia

El cine europeo sigue ahondando en las grietas de una Europa que sigue tocada y hundida moral, política y económicamente. En el Festival de Venecia, este martes, hemos encontrado dos maneras de reflexionar y enfrentarse a sus demonios. Por un lado, el director checo Václav Marhoul propone un monumental retrato de la Europa reciente, desde principio de siglo hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Rodada en blanco y negro y con una duración de casi tres horas, The Painted Bird es, hasta ahora, la película más arrolladora de la sección oficial.

La historia está basada en la novela homónima que en 1965 publicó el escritor polaco Jerzy Kosinski como relato de lo acontecido en la Gran Guerra.  "Es una historia universal que habla de lo que ocurrie ahora en Europa y lo que ha ocurrido en los últimos 30 años. Hay mucha gente ahora que viene porque quiere salvar sus vidas, muchos niños que huyen de Siria y Afganistán y sufren lo mismo que sufren el protagonista de esta historia", afirmaba el realizador. 

Marhoul mezcla planos de una enorme belleza, encuadrando al niño protagonista en medio de parajes naturales, de casas de campo, marcando los rostros de los paisanos, que empiezan a volverse gente violenta y temible. Ahí está la provocación. La película es una sucesión de tragedias, horrores y brutalidades a las que asiste la criatura. Maltrato a la mujer, crueldad hacia los animales, el odio del puritanismo, el racismo, el peligro del fanatismo religioso... Todo está ahí y, cada vez, mostrado de una manera más bruta.

"La historia es sobre los diferentes, sobre cómo la gente siempre tiene miedo de los diferentes. Eso es tremendamente actual. Este libro y esta película hablan del amor, la bondad y la humanidad. Sé que la gente piensa que estoy loco porque solo ve violencia y brutalidad en la historia. No estoy de acuerdo. La violencia y la brutalidad en esta película solo son un fotograma. Sin embargo, el pintor es el protagonista", añadía el director en la rueda de prensa del festival.

Stellan Skarsgard, Harvey Keitel y Udo Kiel son algunos de los hombres con los que este niño judío se topa en su huida hacia adelante. Todo hasta que alguien le enseña que para sobrevivir tiene que poner en práctica eso del "ojo por ojo, diente por diente".

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La tragedia y la brutalidad como modo de reaccionar ante la que se nos viene en cima en Europa es la propuesta checa. La sueca es totalmente contraria: el humor. El sueco Roy Andersson se atreve hasta sacar a Hitler en su nueva película, About endlesness, algo así como sobre el infinito.

La influencia de la pintura

Andersson rueda a mujeres voladoras, como las que pintó Chagall, aunque él afirma que se ha inspirado en el realismo oscuro de Hopper. "Hopper es uno de los pintores que más me ha inspirado, uno de los pintores más importantes de Estados Unidos. Hopper tiene una obra muy personal y eso me gusta", decía. 

Sus personajes son víctimas de una existencia hueca y que no soportan y de ese choque sale el humor, de juntar situaciones absurdas y contrarias. De todos, el mejor relato es el del cura enganchado al vino porque no puede soportar haber dejado de creer en dios.

"La vulnerabilidad es algo que todos sentimos. Debemos dar las gracias por eso, es un regalo, porque la vida es más rica cuando tú puedes entender a los otros series humanos, su comportamiento, sus pasiones, su felicidad o infelicidad. Eso es algo muy rico. Así que yo doy las gracias por tener esta vulnerabilidad", explicaba Andersson. "La mejor obra de arte es la que combina la compasión con la verdad", decía el director sueco que alababa una de sus películas favoritas", Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica", añadía.

Andersson está lejos del León de Oro, un premio que ganó en 2014 con Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia. La existencia sigue siendo la verdadera preocupación de este director que mantiene exactamente su estilo. Planos perfectamente diseñados con personajes de rostros empolvados e inmovilizados durante la acción.