Las voces femeninas rugen en el cierre de Ebrovisión
Morgan y Zahara -pese a los problemas de sonido- deslumbran en la última jornada del Festival de Ebrovisión
Miranda de Ebro
Llevamos tiempo diciéndolo y se está haciendo realidad. Las bandas nacionales lideradas por voces femeninas cada vez cogen más fuerza en la programación de los festivales y consiguen rugir como lo hicieron Zahara y Morgan en la jornada de cierre de Ebrovisión. El concierto de la creadora del ya mítico "miau, miau, miau" (y también voraz crítica a la gestación subrogada de Ciudadanos) se afeó por los problemas de sonido, pero sus bailes hicieron temblar el suelo del escenario principal del festival de Miranda de Ebro. El vermú estuvo dominado por Los Vinagres, su Verbenita y la comida popular en el centro de la ciudad, mientras que Dorian y Mucho hicieron un brindis musical a la altura de esta edición.
Morgan fueron los encargados de abrir el horario nocturno y dejaron prendado a todo el público que se acercó -que por cierto, fue bastante numeroso comparado con lo que se suele ver en las primeras horas de los festivales-. Nina sabe encandilar y no solo por su voz rota (y quizás de las mejores del circuito indie), sino que conduce como nadie un concierto que alcanza una cima de calidad sonora a la altura de muy pocos. Pasearon su North y su Air. Los dos discos que les han llevado a ganar hasta cinco Premios MIN en esta pasada temporada.
El pelo se erizó con Sargento de hierro y no dejó de estar de punta hasta el final de un show que terminó con la mezcla de Another road (Gettin' ready) y su versión de Lose yourself to dance de Daft Punk. Marry you fue la guinda romanticona porque según Nina son un grupo "con mucha marcha". Muchos abrazos, muchos besos y hasta alguna lágrima se pudo ver durante la actuación de Morgan que acabó abriendo paso a los estadounidenses Jacuzzi Boys.
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Zahara fue la siguiente en coger el testigo pero el sonido fue una piedra difícil de esquivar, salvo que tengas temazos como Guerra y paz y Hoy la bestia cena en casa (todo ello con la inestimable ayuda de Martí Perarnau IV). La bestia se cenó con patatas esos problemas de sonido y se bajó a bailar con un público ya entregado. Astronauta es un discazo que permite a la jiennense escribir su nombre cada vez más grande -y más arriba- en los carteles de los festivales españoles.
El ritmo no cayó y fue el turno del cierre catalán. Dorian llegó con su rollo fiestero nostálgico y no defraudó. Los de Barcelona no cayeron en la oportuna broma de que son un huracán, pero el confeti (hasta en cuatro ocasiones soltaron papelinas blancas al cielo del recinto), la bruma y el ritmo non stop demostraba que siguen en plena forma tras más de diez años sobre los escenarios. Salió a relucir su último disco Justicia universal pero también tocaron los míticos temazos Paraísos artificiales, Cualquier otra parte y La tormenta de arena. Marc, vocalista de la banda, aseguró que el público fue de los mejores del verano y reconoció a Ebrovisión que es todo un lujo contar con festivales que siguen dando el callo tras 20 años.
Para terminar la edición, Mucho fue el broche de oro. La rave oscura en la que ha convertido sus conciertos demostró que no solo de pop vive el indie. Martí Perarnau IV, ya recuperado de sus saltos en el concierto de Zahara (acompaña a la cantante como teclista), recorrió su excelso ¿Hay Alguien en Casa? y solo tocó Fue y El león de tres cabezas de sus anteriores discos -como ya nos aseguró en su entrevista en Fuego y Chinchetas-. Con Putochinomaricón, una canción protesta que bien podría estar enmarcada en algún museo, acabó Ebrovisión. Un festival que ya coge aire para afrontar su 20º aniversario en 2020, donde todo será sorpresa.
Íñigo Renedo
Redactor de deportes en la Cadena SER y forma parte del programa de música indie 'Fuego y Chinchetas'....