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Memoria histórica

Fallece Camilo de Dios, el último guerrillero antifranquista de Galicia

Murió ayer en su casa de Sandiás (Ourense) a los 87 años

Camilio de Dios con las botas de su hermano Perfecto de Dios recuperadas durante la exhumación / ARMH

Madrid

Camilo de Dios Fernández era uno de los últimos guerrilleros vivos en España. Falleció ayer en su casa de Sandiás (Ourense), a los 87 años, rodeado de familia y amigos. Después de meses enfermo, se despidió uno a uno de sus hijos y de sus nietos y pidió a sus amigos más cercanos que se reunieran en torno a él para cantar juntos las canciones que marcaron su vida. Entre ellas estaba La Internacional pero también canciones populares de su pueblo natal. Allí fue donde conoció la opresión del franquismo, el régimen que, terminada la Guerra Civil, oprimió a todo un país, pero también a su familia. Fue precisamente eso lo que empujó a Carmen, su madre, a unirse a la guerrilla en los años cuarenta. Lo hizo junto a sus dos hijos, Camilo y Perfecto cuando eran adolescentes. 

Camilo narró con generosidad incontables veces la valiosa memoria de sus años en el Ejército Guerrillero de Galicia, tanto, que su testimonio ha sido clave para comprender la vida en el monte en Galicia en aquellos años de lucha, pero también, en los últimos años de su vida, cuando sus recuerdos ayudaron a localizar los cuerpos de algunos de sus compañeros abatidos décadas atrás por la Guardia Civil. Entre sus hazañas destaca el intento de liberación de los líderes comunistas condenados a muerte en la cárcel de A Coruña, José Gómez Gayoso y Antonio Seoane.

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Camilo siempre buscaba las palabras que más se ajustaban a los hechos que quería contar y que marcaron su vida. Presumía de no emocionarse pero, en algunos momentos, cuando repasaba nombres y batallas, no podía evitarlo. En 1949 participó junto a otros compañeros en una operación en la ciudad de Ourense en la que debían eliminar a varios torturadores franquistas. Los planes se torcieron y, junto a su pareja en aquella acción, José María, terminó acorralado por el ejército en un edificio del centro de la ciudad en el que es detenido. Minutos antes de caer, su compañero se pegó un tiro. Camilo creyó que había muerto pero, meses después se reencontraría con él en la prisión de A Coruña. Con él pasó las últimas horas de su vida antes de ser asesinado a garrote vil. José María le dará entonces su reloj. "Al lugar al que voy no necesitaré ver la hora" le dijo. Camilo acariciaba a sus 87 años con cariño y delicadeza aquel reloj en su salón mientras contaba esta historia y no podía evitar llorar. Ése era Camilo, un hombre que empuñó un arma para combartir el franquismo y que, al final de su vida, cumplió su último deseo, recuperar los restos de su hermano Perfecto, abatido el 16 de mayo de 1950 por la Guardia Civil cuando viajaba con su madre Carmen y otros compañeros huyendo hacia Francia.

Camilo viajó a Chaherrero, un pequeño pueblo de Ávila, de nuevo arropado por sus amigos, para recuperar de una fosa los restos de Perfecto con la única ayuda de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y el sindicato de electricistas noruego Elogit. Fue en 2014. En el Episodio VI del Serial Vidas Enterradas puedes escuchar su historia.

En los bares de Xinzo de Limia, donde solía tomar vino con sus amigos, ya no estará él, peor seguro, se seguirán cantando canciones para recordarle.

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