¿Por qué volvemos a comprar las galletas de nuestra infancia durante el confinamiento por el coronavirus?
Muchos españoles han metido marcas clásicas de galletas en sus carros de la compra
Reencuentro con las galletas de nuestra infancia
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Madrid
Las comida se ha convertido en uno de los recursos más efectivos a la hora de sobrellevar el confinamiento del coronavirus. Una situación complicada ante la que hay a quien le ha dado por aprender a cocinar o abrazar los preceptos de la vida saludable favoritos. Muchos españoles, sin embargo, han vuelto a comprar –casi de forma inconsciente– productos que llevaban años sin probar, pero que les recuerdan a su infancia. Y un buen ejemplo son las marcas clásicas de galletas: Chuiquilín, Tosta Rica, Dinosaurus, Fontaneda...
Ninguna de ellas son el paradigma de de la comida saludable, pero sí tienen ciertas prestaciones, tal y como explica Griselda Herrero, dietista-nutricionista del Centro Norte Salud de Sevilla y coautora del libro Diario saludable desde la psiconutrición.
"Es normal que, en circunstancias de miedo, angustia o desasosiego, nos refugiemos en galletas que nos recuerdan a nuestra infancia porque nos trasladan a un momento esencial de paz, tranquilidad, felicidad y otras emociones positivas", detalla. "Pero puede pasarnos con galletas y también con un guiso de la abuela. Es un mecanismo de defensa que tiene nuestro cerebro para combatir las emociones que estamos sintiendo actualmente".
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También muchas personas han optado por hornear sus propias galletas en casa. Verónica Zumalacárregui, presentadora del programa Me voy a comer el mundo (Canal Cocina), ha compartido en sus redes sociales la receta de las auténticas cookies americanas.
"Hay que derretir 130 gramos de mantequilla y mezclarla en un bol con 150 gramos de azúcar, otros 150 de azúcar de panela y 2 huevos. Añadimos 270 gramos harina tamizada, 2 gramos de sal y, sin trabajar demasiado la masa, echamos también 270 gramos de chips de chocolate. Repartimos la masa en una bandeja, dejando 5 cm entre cada galleta, precalentamos el horno a 180 grados y las horneamos durante 10 minutos para que se queden blanditas por dentro", explica.
Pero ante la dieta del confinamiento se están imponiendo dos tendencias opuestas: la que aboga por disfrutar de la comida sin remordimientos poque es una de las pocas cosas que nos quedan y la que apuesta por un confinamiento saludable. Porque también se pueden hacer galletas saludables, claro.
Griselda Herrero propone una fórmula muy sencilla: "Mezclamos copos de avena integral con plátanos maduros bien chafados y algún topping saludable: chocolate negro, frutas deshidratadas, frutos secos... También se puede añadir canela o esencia de vainilla y a esa masa le damos forma de galletas y se meten en el horno durante 20 o 25 minutos", explica.
La experta en psiconutrición alerta, sin embargo, de los riesgo de comer solo lo que nos gusta. "Hacer nuestras propias galletas sirve para ocupar parte de nuestro tiempo y si las preparamos en casa con harinas integrales y fruta pueden ser más saludables", explica. "Pero eso no significa que sea lo correcto porque las galletas saludables siguen siendo galletas y lo importante es no desplazar de nuestra dieta otros alimentos saludables".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...