Aznar y Chirac vuelven a discrepar sobre la crisis de Irak
El presidente francés apuesta por la política mientras Aznar se inclina por garantizar la seguridad
José María Aznar y Jacques Chirac han puesto de manifiesto una vez más sus posturas enfrentadas sobre la crisis de Irak y la construcción europea. El presidente francés se mostró partidario de dar a la crisis un enfoque "político" mientras Aznar centró su discurso en la "seguridad".
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Jacques Chirac, considera que aún se está lejos de lograr una solución en relación con Irak que permita la participación militar de su país, aunque coincidió con Aznar en mirar al futuro y olvidar divergencias del pasado. Aznar y Chirac comparecieron hoy ante los informadores tras la reunión que mantuvieron en la finca estatal toledana de los Quintos de Mora y en la que, entre otras cuestiones, abordaron la situación en territorio iraquí.
Chirac dejó claro que Francia está aún "muy lejos" de participar militarmente en Irak, como propone la resolución presentada en Naciones Unidas, porque, a su juicio, hay que "cambiar el enfoque" hacia una vertiente más política. Mientras, Aznar puso el acento en la "seguridad" y en la necesidad de forjar consensos para que los iraquíes sean cuanto antes dueños de su propio destino.
El presidente galo dijo que Francia no ha suscrito el análisis que "en última instancia y sin el voto de Naciones Unidas" llevó a Estados Unidos y al Reino Unido a comprometerse militarmente en Irak y, por tanto, "está fuera de cuestión" que tenga obligación de participar en estas operaciones.
ALENTAR LA RESISTENCIA
Además, añadió que un enfoque centrado exclusivamente en la seguridad no desembocará en una solución, sino que, al revés, sólo puede alentar un "fenómeno peligrosísimo" como el de la resistencia a los ocupantes, que dijo que es lo que ha ocurrido con frecuencia a lo largo de la Historia y que empieza a verse también en Irak.
Por tanto, abogó por un enfoque político que intente llegar a la gestión del futuro de Irak por parte de los propios iraquíes y, en ese contexto, insistió en que Francia está abierta a todas las discusiones.
Aznar coincidió con Chirac en que no tiene sentido seguir discutiendo sobre cuestiones del pasado y, tras recordar resoluciones anteriores de la ONU en relación con Irak, consideró que sería conveniente buscar una nueva resolución con un consenso más amplio sobre la seguridad y la estabilidad de Irak. Agregó que España siempre ha defendido un papel central de la ONU en Irak y confió en que con la propuesta de resolución auspiciada por Estados Unidos y que su Gobierno valora, se puedan ir forjando más consensos.
PACTO DE ESTABILIDAD
Las discrepancias entre ambos gobernantes no se limitaron a Irak. Sobre el pacto de Estabilidad, el presidente francés dejó claro que Francia hará todo lo posible para respetar sus compromisos si bien se mostró partidario de discutir sobre la posibilidad de flexibilizar este instrumento dependiendo de la coyuntura. Aznar defendió a ultranza el mantenimiento del equilibrio presupuestario para dar credibilidad a la política económica y como base fundamental de crecimiento.
En el caso de los inminentes trabajos sobre la Constitución europea, el desencuentro fue doble: sobre la cuestión de la herencia cristiana de Europa y el reparto de votos en el Consejo acordado en Niza. Aznar mantuvo su negativa a reabrir Niza y volvió a cuestionar la labor de la Convención porque, en su opinión, no tenía mandato para revisar los Tratados.
En lo único que coincidieron ambos mandatarios fue en su diagnóstico sobre Oriente Próximo, aunque el presidente galo defendió claramente la figura de Yasir Arafat, sobre quien Aznar no se pronunció.
