Los laboristas deciden no discutir sobre Irak en el congreso del partido más difícil para Blair
Polémica por la decisión de los delegados, que los críticos achacan a las presiones del Gobierno
El congreso anual del Partido Laborista británico arrancó hoy con una agria polémica por la decisión de los delegados de no debatir sobre la guerra en Irak, el asunto que ha dañado la imagen del primer ministro, Tony Blair.
El congreso, inaugurado el domingo en Bournemouth (sur de Inglaterra), decidió dejar fuera de la agenda la espinosa cuestión de Irak, que ha provocado una caída en picado de la popularidad de Blair en todos los sondeos de opinión.
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La decisión se tomó a última hora del domingo en una votación en la que los delegados seleccionaron los cuatro temas que se analizarán durante la conferencia: recortes laborales en la industria manufacturera, pensiones, empleo y reforma de la Sanidad.
La elección parece reflejar las prioridades de los sindicatos, cuyos representantes se pusieron de acuerdo para lograr una votación favorable a sus intereses, aunque ha habido denuncias de que algunos delegados recibieron presiones para descartar Irak. La guerra fue elegida en quinto lugar como asunto susceptible de debate, por delante de cuestiones como inmigración o comercio justo, con el apoyo de sólo el 22% de los delegados.
ENOJO POR LA DECISIÓN
Con la exclusión de ese tema, el congreso impide que se vote el miércoles una moción sobre el conflicto que Blair tenía muchas posibilidades de perder, lo que habría supuesto un bochornoso revés para el primer ministro. Sin embargo, algunos diputados laboristas reaccionaron con enojo ante el resultado de la votación y acusaron al Gobierno de "manipular" la conferencia para evitar una confrontación con militantes del partido.
Ante las fuertes presiones, la organización del congreso laborista replicó hoy que reconsiderará la decisión de los delegados y espera anunciar su veredicto esta tarde. La invasión de Irak ha dañado seriamente la imagen del primer ministro, quien intervendrá este martes ante el congreso, en la décima conferencia a la que asiste como líder laborista.
ENCUESTAS NEGATIVAS PARA BLAIR
Este fin de semana se divulgaron varios sondeos de opinión en el Reino Unido que reflejan el desencanto de muchos diputados laboristas y la mayoría del electorado. Según un sondeo del diario "Financial Times", la mitad de los británicos quiere la dimisión de su primer ministro, mientras una encuesta de "The Observer" hecha entre 300 miembros del Partido Laborista indica que el 41% desea la renuncia de Blair.
En el congreso laborista, que se celebrará en Bournemouth hasta el próximo jueves, intervino hoy el ministro de Economía, Gordon Brown, el segundo miembro más importante del Gobierno británico y posible sucesor de Blair como líder del partido en un futuro. De hecho su intervención, de 38 minutos, recibió una ovación de más de dos minutos.
El titular de Economía pasó de puntillas sobre el asunto de Irak y se limitó a subrayar que hay que "respaldar a nuestro líder, Tony Blair, en sus esfuerzos para impulsar la seguridad y la reconstrucción en Irak". El influyente número dos del laborismo británico abogó por recuperar "el alma" del laborismo y apostó por un proyecto que combine la capacidad de iniciativa empresarial de Estados Unidos con la justicia social de los sistemas europeos.