Blair hace balance ante los laboristas
Alud de críticas por quitar a Irak del orden del día
El primer ministro británico va a pronunciar esta tarde en Bournemouth, al sur de Inglaterra, su esperado discurso ante el congreso anual de los laboristas. Blair se va a encontrar un auditorio muy hostil, ya que más del 40% de los miembros de su partido quiere que dimita por haber apoyado la guerra de Irak.
El asunto de la guerra ha sido excluido de los debates del congreso laborista, lo que ha provocado una fuerte polémica. Esto significa que en el congreso no se va a votar ninguna resolución sobre la guerra, lo que sin duda habría puestos en serios aprietos a Blair.
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Los laboristas van a centrar sus debates únicamente en temas caseros como el empleo, las pensiones y la reforma de la seguridad social. Esto ha provocado un alud de críticas, ya que muchos laboristas creen que es incomprensible que el partido del gobierno no hable sobre Irak cuando el país tiene soldados allí jugándose la vida cada día. En su discurso, Tony Blair no va a rectificar un ápice su política sobre Irak y va a pedir a los suyos que estén orgullosos de que Sadam no siga al frente del país.
REFERENCIAS DE PASADA A IRAK
Ayer intervino en el congreso Gordon Brown, el ministro de Finanzas y posible sustituto de Tony Blair como líder laborista. Utilizando el tono propio de un primer ministro, Brown defendió los logros económicos alcanzados bajo su gestión e incluso propuso a Gran Bretaña como modelo entre Estados Unidos y el resto de Europa.
Apostó por las políticas sociales y sólo hizo una referencia de pasada a la guerra de Irak. Dijo que fue adecuado apoyar a nuestro líder Tony Blair en sus esfuerzos para impulsar la seguridad y la reconstrucción del país.
LA SITUACIÓN DE BLAIR
Según una encuesta que hoy publica "The Independent", seis de cada diez británicos consideran que Blair mintió sobre la amenaza que suponía Irak. El 41% quiere que el primer ministro dimita frente a un 52% que no lo desea.
Esta encuesta también revela que la posible sustitución de Blair por Gordon Brown no supondría el espaldarazo para el laborismo que algunos miembros del partido creen. Ahora mismo, los laboristas aventajan en nueve puntos a los conservadores. Con Gordon Brown esa diferencia sólo crecería un punto.